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Voto de Joan:
10
2007
Matthew Weiner (Creador), Phil Abraham ...
7,9
34 453
Serie de TV. Drama
Serie de TV (2007-2015). 7 temporadas. 92 episodios. Aclamada serie dramática que narra los comienzos de una de las más prestigiosas agencias de publicidad de los años sesenta, y centrada en uno de los más misteriosos ejecutivos de la firma, Donald Draper, un hombre con un gran talento. "Mad Men" es la mirada a los hombres que dieron forma a las esperanzas y sueños diarios de los americanos de la época. En 1960 la publicidad era ... [+]
1 de diciembre de 2017
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serial longevo y representación televisiva sobre aquellos ya lejanos tiempos que lentamente convalecían de la reciente Segunda Guerra Mundial; una América resacosa del trauma bélico se administraba una cataplasma de fomento e incitación al consumo. El resultante de esta peculiar receta solía ser un placebo, un sucedáneo de felicidad tanto para el americano corriente y moliente como para los trovadores que componían historias sobre las bondades y beneficios de tal o cual producto comercial.
Los mentados trovadores, representados en una agencia publicitaria de Nueva York, se ven inmersos en tormentas de ideas, viajes y cenas de negocios, reuniones tensas, meteduras de pata, ideas brillantes, secretos, mentiras, infidelidades, infelicidades, puteos, amenazas, peleas, fusiones, discusiones, escisiones, ascensos, excentricidades varias, crisis personales, crisis familiares, bodas, divorcios, tragedias, ambiciones, fracasos, triunfos y cualquier cosa susceptible de formar parte del mejunje vital que, para el caso que nos ocupa, se nos presenta muy generosamente regado con tabaco, alcohol y sexo.
Una curiosa flora y fauna, la peña de Sterling & Cooper y allegados: envidiados, odiados y admirados, no escapan tampoco de ese inevitable e Implacable punto débil que es tener condición humana. Don Draper, el hombre que pudo reinar, el ínclito donjuán, es un fantasma con fantasmas: espectros que lleva en el pañol de su alma, una santabárbara amueblada de inseguridades y pesares, a los que no ayuda sino azuza la pelea a garrotazos entre su yo presente y su yo pasado y pesado.
Personajes, los de este cosmos publicitario, de irredenta ambición pero insatisfechos, quizá eternamente. Y es que parece menester complementar la cataplasma más arriba mentada, con la toma de la clásica, y desgraciadamente poco recurrente, aspirina socrática del Nosce te ipsum, el “Conócete a ti mismo” como inopinado fin del camino.
En zona Spoiler: comentarios al respecto y spoilers.
Los mentados trovadores, representados en una agencia publicitaria de Nueva York, se ven inmersos en tormentas de ideas, viajes y cenas de negocios, reuniones tensas, meteduras de pata, ideas brillantes, secretos, mentiras, infidelidades, infelicidades, puteos, amenazas, peleas, fusiones, discusiones, escisiones, ascensos, excentricidades varias, crisis personales, crisis familiares, bodas, divorcios, tragedias, ambiciones, fracasos, triunfos y cualquier cosa susceptible de formar parte del mejunje vital que, para el caso que nos ocupa, se nos presenta muy generosamente regado con tabaco, alcohol y sexo.
Una curiosa flora y fauna, la peña de Sterling & Cooper y allegados: envidiados, odiados y admirados, no escapan tampoco de ese inevitable e Implacable punto débil que es tener condición humana. Don Draper, el hombre que pudo reinar, el ínclito donjuán, es un fantasma con fantasmas: espectros que lleva en el pañol de su alma, una santabárbara amueblada de inseguridades y pesares, a los que no ayuda sino azuza la pelea a garrotazos entre su yo presente y su yo pasado y pesado.
Personajes, los de este cosmos publicitario, de irredenta ambición pero insatisfechos, quizá eternamente. Y es que parece menester complementar la cataplasma más arriba mentada, con la toma de la clásica, y desgraciadamente poco recurrente, aspirina socrática del Nosce te ipsum, el “Conócete a ti mismo” como inopinado fin del camino.
En zona Spoiler: comentarios al respecto y spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Final de la serie. La fortuna, siempre luciferina, reparte distintas suertes entre el grupo:
-Betty Draper-Francis: la exmodelo que fue en su mocedad, ahora infeliz ama de casa con problemas psicológicos, cuando sí halla un sentido, una actividad a la que dedicarse, se le diagnostica enfermedad terminal, lo que afectará sobretodo a su segundo marido y a sus hijos, con su indomable hija mayor, Sally, puesta en desagradable tesitura de perder a temprana edad a su madre. Desgraciado e inesperado fin de unas malas relaciones madre-hija.
-Joan Harris: La dura pero sensible “guardiana” de curvilíneo cuerpo e indisimulable pectoral, que en nada la ayuda a ser valorada por cualidades extrafísicas. Desgraciada en el amor, el emprender la hará feliz o menos infeliz. Añádase una seguridad pecuniaria para ella y su hijo, por cortesía de su examante, padre de su niño, y jefe Sterling.
-Roger Sterling: de cómo unos polvetes pueden albergar una crisálida de algo más profundo con la francesa suegra de maese Draper. Una enésima cana al aire con vistas a una jubilación.
-Peggy y Stan: el roce hace el cariño, aunque tarde éste en salir a escena.
-Pete Campbell: Otro abonado involuntariamente a la insatisfacción, volverá al redil conyugal, con un empleo de alto copete, eso sí.
-Don Draper/Dick Whitman: El elegante, brillante y apolíneo triunfador de la publicidad obligará a sus dos personas, sus Jekyll y Hyde, o Hyde y Jekyll, a un tratado de paz, por el ya mentado método socrático de conocerse a uno mismo. Paradoja: un camino de excesos, incontables mujeres, visitas a oscuros abismos interiores, tendrán su estación Termini en algo zen y filosófico que –triple salto mortal- será óvulo para fecundar una preciosa y emocionante obra maestra del anuncio televisivo, de la afamada Coca-Cola. Lo espiritual y lo material en simbiótico y asombroso coito.
¿Ha asistido, pues, el espectador a un giro copernicano de todos los hechos narrados en las siete temporadas, que serían “simple” preludio para llegar a cómo y quién ideó (en la ficción) el genial comercial “I’d like to buy the world a Coke”…?
¡Un puntazo!
-Betty Draper-Francis: la exmodelo que fue en su mocedad, ahora infeliz ama de casa con problemas psicológicos, cuando sí halla un sentido, una actividad a la que dedicarse, se le diagnostica enfermedad terminal, lo que afectará sobretodo a su segundo marido y a sus hijos, con su indomable hija mayor, Sally, puesta en desagradable tesitura de perder a temprana edad a su madre. Desgraciado e inesperado fin de unas malas relaciones madre-hija.
-Joan Harris: La dura pero sensible “guardiana” de curvilíneo cuerpo e indisimulable pectoral, que en nada la ayuda a ser valorada por cualidades extrafísicas. Desgraciada en el amor, el emprender la hará feliz o menos infeliz. Añádase una seguridad pecuniaria para ella y su hijo, por cortesía de su examante, padre de su niño, y jefe Sterling.
-Roger Sterling: de cómo unos polvetes pueden albergar una crisálida de algo más profundo con la francesa suegra de maese Draper. Una enésima cana al aire con vistas a una jubilación.
-Peggy y Stan: el roce hace el cariño, aunque tarde éste en salir a escena.
-Pete Campbell: Otro abonado involuntariamente a la insatisfacción, volverá al redil conyugal, con un empleo de alto copete, eso sí.
-Don Draper/Dick Whitman: El elegante, brillante y apolíneo triunfador de la publicidad obligará a sus dos personas, sus Jekyll y Hyde, o Hyde y Jekyll, a un tratado de paz, por el ya mentado método socrático de conocerse a uno mismo. Paradoja: un camino de excesos, incontables mujeres, visitas a oscuros abismos interiores, tendrán su estación Termini en algo zen y filosófico que –triple salto mortal- será óvulo para fecundar una preciosa y emocionante obra maestra del anuncio televisivo, de la afamada Coca-Cola. Lo espiritual y lo material en simbiótico y asombroso coito.
¿Ha asistido, pues, el espectador a un giro copernicano de todos los hechos narrados en las siete temporadas, que serían “simple” preludio para llegar a cómo y quién ideó (en la ficción) el genial comercial “I’d like to buy the world a Coke”…?
¡Un puntazo!