El director Kevin Smith solía desatar las carcajadas del público con su gran talento para convertir situaciones inverosímiles en pura y gamberra comedia. Sin embargo, este film se sale por completo de su habitual estilo, pues lo irreal de la historia, lejos de resultar cómico, deviene en una terrible falta de talento para contar un drama, por lo que al final se ha convenido en el error de tildar esta producción de comedia romántica. El grupo de actores se mueve en la línea del argumento, a saber: un insulso Ben Affleck, una desaprovechada Liv Tyler y una repelente Raquel Castro en el rol de hija del protagonista, que lejos de hacer gracia, resulta de lo más irritante. La excepción es George Carlin, quien junto a los cameos de Will Smith, Matt Damon y Jason Lee conforma el único punto realmente cómico de toda la filmación. Esperemos que Kevin Smith retome la senda de sus míticas "Persiguiendo a Amy" o "Jay y Bob el silencioso contraatacan" donde mostró su magnífica vena cómica y deje los previsibles dramas baratos de sobremesa para la televisión.