Un póster tan sugerente hacía presagiar de todo menos que lo iba a pasar tan mal, pero al final recuerdo que ha sido un verdadero suplicio el haber estado presenciando durante dos horas las manipulaciones psicológicas que se hacen estos repulsivos snobs los unos a los otros. Esta película no tiene más, ni tiene la gracia de un desmadre universitario, ni hay una historia romántica interesante ni tampoco intriga de ningún tipo. Ese es el sentido de la vida para ellos, haciendo gala de una frivolidad exacerbada, van por la vida con un ideario propio de un reality show. Cualquier atisbo de posible crítica resulta imperceptible, si es una comedia, los yankis cuando se ponen moralistas con estos temas no les veo la gracia, me aburren soberanamente. Los escotes de Sarah Michelle Gellar podrán ser muy tentadores, pero en verdad ahí puede estar la trampa: sus películas más famosas es a cada cual más infame y muchas veces su presencia suele funcionar del reclamo.