¿Puede existir alguna ideología, corriente, movimiento, grupo, banda cuyo último fin no sea el de un beneficio económico (para sus líderes)? A los jóvenes frustrados (Fuentes) se les enseña la violencia como forma de vida y medio para lograr sus objetivos, los viejos listos fomentan la agresividad y los instintos primarios de los jóvenes tontos, aprovechándose de ellos. Son mejores que la mano de obra barata, pues se mueven por ideales inculcados, son tan idiotas que hacen un trabajo gratis mientras que a los primeros, aunque sea una miseria, hay que pagarles. Pero el de la peli debe de batir el récord de la subnormalidad, (eso, o nos querían obsequiar con un oxímoron precioso) porque le vemos abriendo la cabeza a un moro e incendiando un poblado entero, y al día siguiente se tatúa 'Peace forever' porque es lo que ponía en el mechero de Ingrid Rubio. (Suerte tuvo que no pusiera otra cosa.)

'American History X' decía algo parecido, los guerreros de la calle son manipulados, pero tenía el gesto de no centrar la historia en torno a un amorío adolescente, con su idiotez correspondiente, cosa que la hacía más interesante. Pero esta gana en sutileza. Veamos, la escala de lo indeseable esta así (más o menos):

- Puta: 1 punto
- Maricón: 3 puntos
- Toxicómano 2 puntos
- Moro: 4 puntos
- Negro: 5 puntos
- Travesti/transexual: 7 puntos

Y ahí es donde achaco esa falta de originalidad o de valentía por no haber creado un personaje combo, que reuniera varias características, por ejemplo, un negro que fuera drogadicto y transexual al mismo tiempo, o un moro que se prostituyera travistiéndose para pagarse una operación de cambio de sexo (y las drogas también) y haber filmado su ajusticiamiento de la manera más detallista y humillante posible, al modo de una película explotaition. Ahí el mensaje llegaría con mayor claridad, eso sí, se perdería un poco (tampoco mucho) la sutileza, pero por poder, se podría hacer hoy día perfectamente.

Los actores mayores son lo suficientemente carismáticos, saben hablar o al menos ofrecer una característica que los haga reconocibles y hasta simpáticos en su maldad, (la reacción del calvo gigante cada vez que ve a un negro me hace gracia, es como si fuera alérgico a ellos, como si para él fueran el virus de veintiocho días después), cosa que no ocurre con los jóvenes, cuyos personajes intensos, inocentes y sobreactuados dicen muy poco. (Claro que los mayores también sobreactúan pero saben hacerlo con cierta gracia, será cosa de la edad y la experiencia, hasta te caen bien.)

Pero esta película se salva ofreciendo un punto de vista verista, cercano a la realidad, de hecho es lo que podría estar ocurriendo ahora mismo, y esto es un grupo de viejos fachas muy malos agresivos y tarados que operan desde la sombra, son los justicieros que además actúan a cara descubierta como el bronson porque saben que no va a haber supervivientes, pues para eso están, viven, para limpiar el país de toda la escoria. Ya saben, los he nombrado antes, los putos yonkis que dan palizas que le dejan a uno tetrapléjico, los negros de mierda que se alojan en el mejor hotel de Madrid con mis impuestos o les vienen a quitar el trabajo de vendedores ambulantes a los españoles de bien, (he dicho que te apartes, negro, aire) y también los travestis (¿o transexuales? ¿que más dará?) tan pervertidos y promiscuos que incluso antes de ser descerrajados de un tiro en la boca y acabar metidos en una alcantarilla por las inmediaciones de Jose Luis de Arrese (que ahora se ha transformado en Poeta Blas de Otero, era una necesidad de primerísima orden que todo el mundo estaba durante tanto tiempo esperando/demandando) chupan el cañón de una pistola como si fuera una (puta) polla, y hasta los maricas, no te confundas conmigo, que no me gustan los que son blandos como el pescado, me pirra la carne (y si tiene la forma de las tetas de Ingrid Rubio mucho mejor, yo ahí me hago pacifista, vegetariano, me pasaré al lenguaje inclusivo, me cambio de religión y hasta me meto en una cascada si hace falta pero mientras tanto ni me mires/toques el pito que te meto una somanta de hostias y luego te meo encima).

Y no me puedo despedir sin poner el mejor, el más sincero, arrebatado, y auténtico alegato de la Historia del Cine de un fascista jurando su reinserción:

"Al negrito le pedí perdón, le pagué todo lo que le rompí, ¡hasta le invité a una cerveza! ¿Qué más quieres que haga?" Carlos Fuentes.