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Voto de El Extranjero :
7
7,5
2 736
Romance. Drama
En una ciudad provinciana, Mario, un mediocre oficinista que vive en una modesta pensión, conoce una noche a la joven Natalia, en cuyo rostro se refleja un profunda tristeza. Le da conversación para animarla y ella le explica cómo cambió su anodina vida cuando conoció a un apuesto forastero del que se enamoró y cómo cada noche su regreso. Durante cuatro noches mágicas, Mario, enamorado de Natalia, alberga la esperanza de sustituir en su ... [+]
6 de octubre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he leído la obra, pero hay bastante de Dostoievski en los personajes, él es bondadoso pero cobarde, su inseguridad queda manifiesta por su ansia de tener controlado aquello que desea (tarea imposible a la para que improductiva), y en el personaje de ella se sirve del colapso histérico para retratar la psicología femenina, llevando su conducta al límite a la hora de manifestar y expresar sus emociones. Ambos apasionados, cada uno a su manera, la soledad de él le impulsa a ser excesivamente locuaz, comentar cada detalle y tratar que su acompañante comparta el exaltado entusiasmo con el que percibe él su alrededor, ella es más romántica, gusta de soñar y sufrir por amores imposibles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El resultado no podía ser otro que la desgracia.
Bastante de espíritu ruso veo yo aquí, identificó el rasgo que porta él, propio de mentes inteligentes pero fácilmente deducible, de hacer chistes acerca del romanticismo empedernido de ella, diciendo como que no le ve mucho sentido y haciéndo ver cómo que es algo ajeno a él, cuando nada más lejos de lo contrario, pues él es igual o peor en ese aspecto.
Los detalles del relato se sienten reales, percibimos la ansiedad de él, su desesperación por huir de la soledad, su tremenda ansia por conquistarla lo cual se traduce en miedo (como cuando vemos en la segunda cita que ella pone su mano sobre la suya, y este en un acto reflejo la quita súbitamente con la excusa de coger un cigarrillo, o la desesperación que tiene en el salón de baile, vigilándola constantemente y no disfrutando en ningún momento de la experiencia: son episodios que se observan con bastante incomodidad desde el exterior). La conclusión es que con el miedo siempre se pierde, pero la narración no plantea siquiera esta reflexión, se limita a ofrecer un cierre que se centra únicamente en el drama del rechazo, en el sufrimiento que genera esa circunstancia, a mi parecer no invita a la reflexión cuando lo había dejado todo en bandeja para favorecer tal acto, con un análisis del alma humana muy nítido y certero.
Vemos como este hombre bueno pero débil de moral deforma su personalidad a raíz de los celos, trata de ser bondadoso (ayudar a recuperarla a su amante) pero no puede, engaña, trata de usar a otra mujer para resarcirse y también fracasa puesto que su deseo no es auténtico (vemos cómo esa mujer también presenta problemas emocionales que solo la hacen sufrir enormemente; no sabe lo que quiere), presume de ser desinteresado, pero albergaba la esperanza de obtener algo a cambio, como él mismo (una excelsa labor interpretativa de Mastroianni, borda su vivaz y patético papel) termina reconociendo, que al estar enamorado estaba siendo egoísta, pues solo pensaba en sí mismo. Otra cosa buena que tiene esta película es que ponemos identidad al pretendiente original, no se trata de un demonio sin rostro que le ha arrebatado a nuestro protagonista la razón por la cual seguir viviendo, sino que es otra persona igual que él. Desde esa perspectiva cualquier episodio de desamor y amor no correspondido se puede contemplar de una forma más humana, no obstante es mucho más fácil resentirse, hacerse la víctima y echar la culpa a la otra persona al son de las pegadizas canciones de por ejemplo, Romeo Santos, en lugar de hacer crítica y tratar de aprender algo nuevo con la situación.
Bastante de espíritu ruso veo yo aquí, identificó el rasgo que porta él, propio de mentes inteligentes pero fácilmente deducible, de hacer chistes acerca del romanticismo empedernido de ella, diciendo como que no le ve mucho sentido y haciéndo ver cómo que es algo ajeno a él, cuando nada más lejos de lo contrario, pues él es igual o peor en ese aspecto.
Los detalles del relato se sienten reales, percibimos la ansiedad de él, su desesperación por huir de la soledad, su tremenda ansia por conquistarla lo cual se traduce en miedo (como cuando vemos en la segunda cita que ella pone su mano sobre la suya, y este en un acto reflejo la quita súbitamente con la excusa de coger un cigarrillo, o la desesperación que tiene en el salón de baile, vigilándola constantemente y no disfrutando en ningún momento de la experiencia: son episodios que se observan con bastante incomodidad desde el exterior). La conclusión es que con el miedo siempre se pierde, pero la narración no plantea siquiera esta reflexión, se limita a ofrecer un cierre que se centra únicamente en el drama del rechazo, en el sufrimiento que genera esa circunstancia, a mi parecer no invita a la reflexión cuando lo había dejado todo en bandeja para favorecer tal acto, con un análisis del alma humana muy nítido y certero.
Vemos como este hombre bueno pero débil de moral deforma su personalidad a raíz de los celos, trata de ser bondadoso (ayudar a recuperarla a su amante) pero no puede, engaña, trata de usar a otra mujer para resarcirse y también fracasa puesto que su deseo no es auténtico (vemos cómo esa mujer también presenta problemas emocionales que solo la hacen sufrir enormemente; no sabe lo que quiere), presume de ser desinteresado, pero albergaba la esperanza de obtener algo a cambio, como él mismo (una excelsa labor interpretativa de Mastroianni, borda su vivaz y patético papel) termina reconociendo, que al estar enamorado estaba siendo egoísta, pues solo pensaba en sí mismo. Otra cosa buena que tiene esta película es que ponemos identidad al pretendiente original, no se trata de un demonio sin rostro que le ha arrebatado a nuestro protagonista la razón por la cual seguir viviendo, sino que es otra persona igual que él. Desde esa perspectiva cualquier episodio de desamor y amor no correspondido se puede contemplar de una forma más humana, no obstante es mucho más fácil resentirse, hacerse la víctima y echar la culpa a la otra persona al son de las pegadizas canciones de por ejemplo, Romeo Santos, en lugar de hacer crítica y tratar de aprender algo nuevo con la situación.