Algunos dicen que la película ha envejecido mal: yo creo que quienes envejecen mal son ellos. La he vuelto a ver (por tercera vez) ayer, sigue siendo una pasada, con esa combinación entre clásica y postmoderna tan querida en las primeras pelis de Wenders. Me había encantado la primera vez (sobre 1980); la segunda torcí un poco el gesto (los noventa); hoy me ha vuelto a parecer excelente. La estética de la película es maravillosa, esos ocres y naranjas oscuros, la fotografía de los muelles de Hamburgo, las escenas en los coches como fotografías artísticas. Muy "clásicas" y excelentes las secuencias en el metro de París y en el tren de recorrido Hamburgo-Munich (¿por qué diablos me han recordado un poco a Hitchcock?). Una reflexión: cómo duraban antes las cosas; esta película recuerdo que quería verla desde que se estrenó en España, pero no la trajeron a mi ciudad, y veía en los periódicos que la mantuvieron en cines como Alphaville, etc., en Madrid durante años seguidos (era una peli "de culto").