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España España · Madrid
Voto de Jab:
8
Drama Profunda reflexión sobre el holocausto nuclear de Nagasaki desde el punto de vista de una superviviente y sus cuatro nietos. Entre sonrisas y lágrimas, la abuela recuerda la historia de su familia y de la sociedad japonesa de su tiempo, tratando de llegar a comprender mejor el pasado y el presente. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2018
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 1991. Akira Kurosawa presenta su penúltima película. Kurosawa ya tenía 81 años, ¡81!. Su última gran obra maestra la presentó en 1985, la apoteósica RAN. Pero tan sólo un año antes de dar a luz Rapsodia en Agosto, Akira Kurosawa nos presentó una gran e íntima película, Los sueños de Akira Kurosawa, con 80 años. En 1993 nos presentó su último proyecto, Madadayo, con 83 años, siendo una película de menor calidad y peor de lo que nos tenía acostumbrados el Maestro. Posteriormente, murió cuando iba a empezar la producción de Después de la lluvia, que terminaron sus más allegados en su honor. Así que, señoras y señores, un respeto a este hombre, que murió haciendo cine. Mejor dicho, el mejor cine.

Rapsodia en agosto es una película entrañable. Kurosawa ya no nos deleitaba con su mejor fotografía ni con una prolongada producción pues el tiempo jugaba en su contra, pero cada escena está cargada de sentimiento; su sentimiento. Este anciano Kurosawa, sin efectos especiales, tenía mejor proceder que ningún otro director de la época y eso le convertía en el mejor director vivo de aquel entonces. Es estúpido comparar Rapsodia en Agosto con sus mejores películas, rodadas en su pleno apogeo. ¿O es qué estamos tontos?. Kurosawa ya me recuerda mucho a esta abuelita de la película, en plena regresión y consciente del final, pero nunca olvidando por lo que uno ha vivido y le ha dado el sentido a su vida. La abuelita quería mantener viva la memoria de su marido, sin rencores. Akira Kurosawa quería mantener viva su gran pasión que a la vez era su vida, pues con su mujer muerta y casi todos sus mejores amigos muertos el cine era lo que mantenía al Maestro entre los vivos.

Ni soy japonés ni viví una guerra, pero al ver este film los recuerdos me invaden. Aquellos veranos en el pueblo, en el campo, con mis tíos mayores que ejercieron de abuelos. Los primos, la familia... que felicidad, que inocencia. Recuerdo las travesuras, la casa del pueblo, la naturaleza y los paseos por el campo, los días infinitos de verano... la alegría de mis tíos de poder tener a sus sobrinos y enseñarles como vivieron en su infancia, contarles sus anécdotas... ¿Acaso alguien no sintió nada al ver a la abuela con los nietos viendo la luna llena?. ¿O nadie recordó esa alegría de jugar con los primos antes de crecer y perderse para siempre en el tiempo?. Me encanta todo de este film, no me sobra nada, tampoco tiene grandes pretensiones y es muy disfrutable. No sólo trata de la guerra y las bombas nucleares, pues eso es lo de menos. La abuela zanja rápidamente el tema pues no se puede vivir con rencor hacia los demás, la vida sigue. Me da pena la escena en la que los hijos se pelean por las migajas de sus nuevos familiares ricos, prejuzgándolos e interesándose sólo por lo material, al igual que me da una inmensa alegría ver como la abuela inmediatamente se refugia con los nietos, niños puros que al carecer de maldad hacen todo lo posible por entenderla y la arropan de manera sobrecogedora. Y así escena tras escena, con una sencillez brutal, el Maestro nos vuelve a aleccionar sobre la vida y sobre que lo más sencillo es lo que mueve de manera positiva el mundo. Nuestro mundo.

Como anécdota curiosa fue la aparición de Richard Gere, que estaba en el punto más álgido de su carrera tras Pretty Woman y cobraba millones de dólares por su aparición en pantalla. Teniendo en cuenta que Rapsodia en Agosto contaba con un presupuesto de 10 millones de dólares, Kurosawa no podía hacer frente a sus honorarios hollywoodienses, así que Gere dijo; "Para el señor Kurosawa trabajaré gratis". Finalmente Gere recibió un sueldo como cualquier actor japonés, para él simbólico y que aceptó con agrado. Fue la segunda vez que Akira Kurosawa metió a un personaje extranjero en sus películas (obviando Dersu Uzala, completamente financiada por los rusos y con actores rusos), tras Martin Scorsese en Los Sueños de Akira Kurosawa. Para Gere trabajar para el mejor director vivo del momento y uno de los grandes maestros del cine era su mejor sueldo y lo demuestra con una actuación amable, sencilla y sincera. Cuando terminó el rodaje se hizo una cena en honor a Gere y cuenta éste que el mejor recuerdo que tiene de Rapsodia en Agosto fue que al terminar dicha cena, "un gigante (Kurosawa) se levantó y me abrazó de forma sincera".

El film fue acusado lamentablemente de antiamericano, de fascista y lindeces tan propias de los americanos más conservadores y absurdos, que acusaron al film de no hacerse responsables los japoneses de los ataques a Pearl Harbor o sus acciones en China, cuando el film no tiene nada que ver con la guerra y siempre la trata en un tono distendido de paz. Tan sólo es un drama familiar en un momento dado y la mayor crítica es hacia los familiares japoneses que tan sólo ven lo material y han olvidado los principales valores humanos y familiares.

La película es íntima, sencilla, encantadora, elocuente y sensible. Si venías a ver una película de culto como Los 7 samuráis, RAN, Vivir, Barbarroja... vete inmediatamente de aquí. Esta película es la profunda reflexión de un anciano a punto de dejar huérfano de su arte a este planeta en el que pocas cosas tienen sentido, es la penúltima lección de un director que trascenderá por siempre por una vida dedicada al cine. Gracias por otra lección, Maestro.
Jab
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