¿Quienes son los hombres pájaro? Necesito saberlo. Qué película, madre, qué tonta y lista a un tiempo, qué novelesca y divertida, qué circense y emocionante a la vez, qué certera y surrealista.

Lo que no comprendo es que esta mezcla inspirada en el libro de Julio Verne funcione tan increíblemente bien, guste tanto, la disfrutes tanto. Bueno, puede que sí lo comprenda, y lo comprendamos todos, si sabemos entender su atinado carácter de dibujo animado, con esos golpes que no hacen daño; si simpatizamos con los personajes, todos entrañables, y con una parejita amorosa que encaja y te enternece; si apreciamos sus momentos disparatados, extraños, quizás con ánimo de parodia, como la aparición de Arnold Schwarzenegger, que es sencillamente descomunal, se escapa a todo lo imaginable; o si interpretamos los numerosos guiños, alusiones y bromas, metidos en unos diálogos con mucha chispa, igual que todo el metraje.

O puede que no veas nada de esto y te quedes del lado de los que no creen en Phileas Fogg, convencidos de que es un intruso en su selecto círculo. Qué equivocados estáis. Atreveos a iniciar este viaje.