Tal parece que esa es la premisa de «Tres metros sobre el cielo» (¿por qué tres? ¿Por qué no cinco, o diez?) Lo sé, lo sé, voy de lleno a la polémica.

Creo que H encaja perfectamente en cualquier modelo de maltratador en potencia. Un chico que no ha aprendido a asimilar la frustración, tremendamente irascible y violento. Un chico que le pega a cualquiera, que machaca con saña, que destroza objetos cuando le entra la rabia y a quien no le importa perder la vida ni quitarla. Un hombre así, provocado convenientemente, también levantará la mano hacia su novia. Es lo coherente. Y no nos engañemos: la bofetada no será producto de ninguna desigualdad, ni porque quiera someterla o humillarla, ni porque él se sienta superior ni por eso que llaman «machismo». La bofetada se la dará porque tiene un grave problema de socialización y agresividad.

Moccia no se equivoca en ponerle corazón a estos hombres conflictivos ni en tratar de reflejar su infeliz vida; se equivoca al querer presentarlo como el galán, el héroe de barrio, el nuevo príncipe azul, ahora motorista y con mucha mala leche. Si tú, mujer, te encuentras con un tipo como este, huye. No te dejes engañar por sus poses de guaperas, su sonrisa torcida y sus músculos; no te ciegues con su fuerza ni con la apabullante seguridad que transmite. Huye lo más lejos posible porque si no las consecuencias pueden ser catastróficas.

Mujeres que me estáis leyendo: hay vida más allá de H y su engañoso y sesgado modelo de masculinidad. Mientras veía la película recordaba, por las similitudes con la moto, al Maverick de Tom Cruise en «Top Gun». Que diferencia, por favor. Casi lo mismo puede decirse de ellas. Babi no es que sea estúpida, es que desconoce los valores básicos de civismo y buen comportamiento, hacia uno mismo y hacia los demás: empatía, amabilidad, dignidad, comprensión, altruismo o entereza son palabras desconocidas para ella. Baste como ejemplo su última bronca con H, en la que hace justo lo que nadie (hombre, mujer, hermano, padre, amigo, lo que sea) en esa situación debería hacer.

Por todo esto la película en sí me ha resultado muy desagradable. Ver cómo ellas (lo de Katina es aún peor) se van volviendo locas por ellos en un espiral imposible de detener y encima que nos lo quieran poner como un sueño romántico, es casi vomitivo. Lo bueno es que la peli mantiene el ritmo a pesar de sí misma y sus chorradas, y hasta el interés por todo lo que he dicho antes. No les perdono que hayan utilizado el «Forever young» de Alphaville ni la foto de Steve McQueen como decorado. Demasiado bueno para que se mezcle con esta película.

Así, bien interpretada, hasta resulta didáctica. Como historia de amor, ni mentarla.