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España España · Málaga
Voto de Kaori:
4
Drama Mississippi, años 60. Skeeter (Emma Stone) es una joven sureña que regresa de la universidad decidida a convertirse en escritora. Su llegada altera la vida de la ciudad e incluso la de sus amigos porque se ha propuesto entrevistar a las mujeres negras que se han pasado la vida al servicio de las grandes familias sufriendo todas las formas de discriminación racial. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Premios, nominaciones, halagos y conquista de crítica y público es lo que ha dejado a su paso «Criadas y señoras», adaptación de la exitosa novela «The Help» de Kathryn Stockett publicada en 2009. Todos estos datos, no os confiéis, nos ofrecen indicios razonables para pensar que el trabajo de Tate Taylor va a ser decepcionante.

Por un lado, puedo creerme, y me creo, el racismo de los Estados Unidos en los años sesenta y, por otro, que muchos que se dicen señores y señoras sean unos groseros maleducados; esto me lo creo. Lo que no me creo ni tolero bajo ningún concepto, y menos en una historia que pretende ser crítica y razonable, es que absolutamente todas las mujeres blancas y ricas de la población llamada Jackson, en Mississippi, sean unas bobaliconas descerebradas, crueles, egoístas, por supuesto racistas, malas madres, con voces remilgadas y de pito, insensibles y sin un mínimo de civismo y moral. Vamos, completitas.

A mi este retrato sesgado me ofende; me ofende por ser tan burdo, falso y nada sólido, a parte de repetitivo. Para analizar cualquier fenómeno no debería recurrirse a tópicos ideológicos y extremos poco significativo, si no manipulados. Evidentemente, Taylor y Stockett demuestran no tener ni idea de nada, con lo cual sólo pueden limitarse a desdibujar la Historia y las personas. Por cierto, que ellas mismas, que son mujeres, deberían sentirse ofendidas por la imagen de la mujer que ofrecen, de esta mujer de clase alta y ama de casa a quien parecen achacarle toda responsabilidad en el origen y la perpetuación de las bases discriminatorias, y encima sin más argumento o reflexión que no sea atribuible a la propia maldad o neuras personales de las señoras, que no señores, que quede claro; que conste que estos hombres de Jackson sólo pasaban por allí.

Así pues, aceptando que como película de denuncia, ya sea racial o laboral, no sirve para nada, sólo podemos considerar la propuesta de Taylor como una tragicomedia dulce y colorida que te entretiene un rato. Vale, te entretiene, pero los errores suman y siguen por culpa de un guión endeble donde las tramas de unos y de otros se olvidan o no se desarrollan. Este es el caso, por ejemplo, de la relación entre la protagonista Skeeter y el novio, que se cuenta a vuelapluma y acaba aún peor, sin que además nos importe.

Mantiene la corrección en las formas, pero no en el contenido. Claramente superflua y sobrevalorada.
Kaori
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