La primera sorprendida soy yo, que quede claro, pero es que estos mercenarios me han encantando. Será que los personajes están más contenidos y menos chulos; será que se le da más protagonismo a Bruce Willis y a Schwarzenegger (genial el momento coche...); será que es Simon West quien dirige y no Stallone, o será que la auto parodia (o auto homenaje) está mejor conseguida, ya que es bueno reírse de uno mismo siempre y cuando se haga con respeto y soltura. Será un poco de todo.

«Mercenarios 2» viene a confirmar que las segundas partes también son buenas o, como es el caso, mejores. Unos diálogos tirando a pobres y un guión que contiene lagunas, eso es cierto, pero que, al mismo tiempo, está acompañado y condimentado con escenas de acción bien planteadas y desarrolladas, a pesar de que algunas deberían haberse alargado más; ojo, que se ven siempre los movimientos y los golpes, gracias a un West que deja la cámara quietecita y gracias, no podemos pasarlo por alto, a unos actores-luchadores en buena forma. Los secundarios como Terry Crews y Randy Couture pasan convenientemente a un segundo plano; otros desaparecen, como Jet Li, y se incorporan nuevos rostros que, sinceramente, mejoran el producto.

Chuck Norris tendrá una aparición estelar que te dejará sin palabras, y nos encontraremos con unos villanos que son de altura y realmente los mejores: Jean-Claude Van Damme y Scott Adkins, para mi el más completo luchador hoy por hoy y a quien Statham, si el espectáculo fuera justo, ni le rozaría, sea leyenda o no lo sea. Es muy duro, además, ver a Van Damme como malvado sin escrúpulos, porque, aunque está realmente maravilloso en su papel, yo es que quiero que gane siempre, así que imaginad cómo me encontraba en ese duelo, con mucho de sentido épico, del desenlace. Qué subidón de adrenalina y qué alegría ver que mi admirado Jean-Claude sigue teniendo y reteniendo su capacidad atlética.

Como dije de la primera entrega, no es una peli de los ochenta ni estos héroes son los de antaño, pero hay que reconocer que, con este nuevo estilo y a pesar de alguna chorradita que otra, la segunda misión de los mercenarios sale más que airosa con lo que ofrece. ¿Acaso no desprende un viejo encanto?