Ya otros lo dicen, y así es. «Pánico en el túnel» es una película de acción y catástrofes, y en este genero, que hay que dignificar porque vaya lata con las críticas, la propuesta de Rob Cohen es altamente apetecible.

La historia nos cuenta las peripecias en un túnel de carretera desmoronado donde unos pocos supervivientes tendrán que salir, o no salir, vivos de allí. La suerte que tienen es que entra para ayudarles un ex sanitario, qué bien preparados están, marcado por el sentimiento de culpa de un hecho del pasado. Stallone está musculoso, decidido y en plan héroe encantador. No le pido más. La heroína, que la hay, es Amy Brenneman, una aspirante a escritora arruinada, muerta de miedo y con la voluntad de hacer el bien. El grupo en general cae simpático y tienen cierto relieve personal, el suficiente.

Momentos de tensión, de explosiones, de pánico, de sacrificios, electricidad y agua hasta el cuello, y por encima de las cabezas. Pasarlo mal es pasarlo bien. Sigamos al líder hacia la luz del día.