Drama (¿?) romántico de 1998. El año no es que sea importante excepto para decir que Jude Law venía de hacer la espectacular «Gattaca» con un papel totalmente diferente. Me resulta curioso, solo eso.

Law es Danny, un artista de los mosaicos un poco cabra loca que siendo niño se hizo el propósito de casarse con Ann, una niña a la que ayuda a nacer junto con su padre doctor. Este romance pretende ser un poco predestinación, otro poco flechazo y una pizca más de liberación de nuestros deseos y pulsiones. Que Ann se enamore de Danny lo entiendo hasta cierto punto, porque Jude Law arrebata, pero ¿por qué Danny se enamora tan perdidamente de ella nada más verla? A mí ya esta premisa me resulta bastante inverosímil. Nos insisten durante la película que Ann no se divierte y que tiene que hacer algo «extraordinario» en su vida, como si cuidar a tu familia no lo fuese; vale, tiene que hacer algo «extraordinario», y al parecer lo «extraordinario» es fugarse con un simpático payasito medio bohemio a quien hace tres días que conoces. En cualquier otra circunstancias esto saldría mal, muy mal. En el cine no, o nunca lo sabremos.

La película no emociona para nada.