Bendito dinero, lo que puede llegar a hacer en las actitudes de las personas, tenemos una película con Sean Bean por partida doble, en la cual hace el papel de un matón, pero no es el típico matón sino todo lo contrario.
Y hará todo lo que haga falta, para recuperar hasta el último centavo de un maletín lleno de pasta que esta en poder de una joven pareja la cual se lo encontro. Ese básicamente es el guión, parece interesante... pero solo hasta momentos puntuales porque hay situaciones que no se las cree nadie. Un gangster de pacotilla, una chica que demuestra tener más cojones que su novio y así muchas de las escenas que tocan lo surrealista y la incredulidad del espectador. Lo bueno, es que también tiene sus momentos, los que hacen de la película que sea entretenida y pases un buen rato. Mantiene más o menos el ritmo y no flojea hasta llegar al final el cual es predecible a más no poder. Pero bueno, para pasar el rato sin pedir mucho está bien.