Media votos
5,7
Votos
7 535
Críticas
1 255
Listas
170
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Grandine:
8
6,5
25 895
Western. Drama
Narra la historia del más famoso forajido del oeste americano, el carismático e impredecible pistolero Jesse James (Brad Pitt), un bandolero sudista hijo de un predicador. Mientras Jesse planea su próximo gran robo, declara la guerra a sus enemigos, quienes intentan hacerse con la recompensa -y la gloria- que implicaría su captura. Pero la amenaza más importante a su vida puede que venga de aquellos en quienes más confia... (FILMAFFINITY) [+]
8 de noviembre de 2007
176 de 219 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque así es como se cuece "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford", a fuego lento, como en el viejo oeste y, aunque a más de uno le parezca que no, es uno de esos films que requieren reposo, que necesitan cocerse a fuego lento, ir destapando sus entrañas y desvelando cada uno de los rasgos de sus personajes, si no con lentitud, si con pulcro detalle.
Más de uno se quejará de que la película es lenta o aburrida, a mi no me lo ha parecido para nada, es más, pues el segundo largo de Dominik, si de algo peca sería de poseer alguna que otra secuencia sobrante, pero no sobrante porque resbale y desequilibre el peso de la cinta, sino porque redunda en aspectos que momentos antes el neozelandés había destapado de modo fenomenal, sugiriendo, y lo explicita todo de una forma que no termina de cuadrar bien, visto lo visto anteriormente.
Lo que si hace con una genialidad fascinante Dominik, es recurrir a una historia donde parecía que el peso de un enfrentamiento entre dos personalidades de lo más dispares no podía ir a más, sacándole un jugo impresionante, y hablándonos de sus personajes a corazón abierto, de sus miedos, de sus frustraciones, de sus ansias por crecer en distintos ámbitos y descubrirse como algo que siempre han querido ser, pero finalmente han descubierto como banal.
Para ello, todo está servido de una voz en off nada gratuita, que nos hace partícipes de muchísimos detalles que no podrían ser captados a simple vista, de una fotografía excepcional donde los perfectos encajes y las distintas gammas median un fabuloso trabajo y de una labor artística impecable, así como una banda sonora que resulta imprescindible en el conjunto.
La primera parte de la historia, se limita a contárnoslo todo con pelos y señales, sin obviar ni un sólo detalle y dejando cada cosa en su lugar, sin embargo, es durante ciertos tramos, cuando una brutal tensión, un golpe árido y seco, nos deja ensimismados con todo lo que transcurre en la pantalla, nos aturde con ese relato que contemplamos, palpitantes, pese a saber cual es el punto al que llegará todo, y por ello es un gran trabajo, el trabajo de un artesano.
Añadir la brillante, estratosférica, increible y sublime interpretación de Cassey Affleck no hace más que sumarle enteros, porque desgrana ese personaje inocente, miedoso, inquieto y nos transporta a su interior con una pericia que muchos quisieran, con esa sonrisa nerviosa, con esa intranquilidad en sus ojos, consiguiendo que ni siquiera un también enorme Pitt logre eclipsar el alma de un film cuyo verdadero motor es Robert Ford. Un cobarde, un osado, un intranquilo, quien sabe, véanlo ustedes mismos y juzguen, pero véanlo ya, por favor.
Más de uno se quejará de que la película es lenta o aburrida, a mi no me lo ha parecido para nada, es más, pues el segundo largo de Dominik, si de algo peca sería de poseer alguna que otra secuencia sobrante, pero no sobrante porque resbale y desequilibre el peso de la cinta, sino porque redunda en aspectos que momentos antes el neozelandés había destapado de modo fenomenal, sugiriendo, y lo explicita todo de una forma que no termina de cuadrar bien, visto lo visto anteriormente.
Lo que si hace con una genialidad fascinante Dominik, es recurrir a una historia donde parecía que el peso de un enfrentamiento entre dos personalidades de lo más dispares no podía ir a más, sacándole un jugo impresionante, y hablándonos de sus personajes a corazón abierto, de sus miedos, de sus frustraciones, de sus ansias por crecer en distintos ámbitos y descubrirse como algo que siempre han querido ser, pero finalmente han descubierto como banal.
Para ello, todo está servido de una voz en off nada gratuita, que nos hace partícipes de muchísimos detalles que no podrían ser captados a simple vista, de una fotografía excepcional donde los perfectos encajes y las distintas gammas median un fabuloso trabajo y de una labor artística impecable, así como una banda sonora que resulta imprescindible en el conjunto.
La primera parte de la historia, se limita a contárnoslo todo con pelos y señales, sin obviar ni un sólo detalle y dejando cada cosa en su lugar, sin embargo, es durante ciertos tramos, cuando una brutal tensión, un golpe árido y seco, nos deja ensimismados con todo lo que transcurre en la pantalla, nos aturde con ese relato que contemplamos, palpitantes, pese a saber cual es el punto al que llegará todo, y por ello es un gran trabajo, el trabajo de un artesano.
Añadir la brillante, estratosférica, increible y sublime interpretación de Cassey Affleck no hace más que sumarle enteros, porque desgrana ese personaje inocente, miedoso, inquieto y nos transporta a su interior con una pericia que muchos quisieran, con esa sonrisa nerviosa, con esa intranquilidad en sus ojos, consiguiendo que ni siquiera un también enorme Pitt logre eclipsar el alma de un film cuyo verdadero motor es Robert Ford. Un cobarde, un osado, un intranquilo, quien sabe, véanlo ustedes mismos y juzguen, pero véanlo ya, por favor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Lo único que me ha parecido innecesario, como comentaba, es el hecho de que, tras mostrarnos Dominik cual es el camino que tomó Robert Ford después de asesinar a Jesse James, donde esos instantes exhalan desprecio y agravios contra nuestro protagonista, se empeñe en recalcar lo mismo con diálogos entre Robert y una muchacha, palabras que habían quedado en el aire, que habían impregnado el clima de la obra anteriormente, y que no necesitaban salir de la boca de un personaje para ser verdaderamente entendibles.
Otra cosa más, Jesse James en el preciso momento que deja las armas en el sofá y se dispone a colocar el cuadro, sabe cual será su destino, sabe que está destinado a caer a manos de un chaval que un día le admiró pero que, al mostrarse como alguien cercano, en ese preciso momento le teme, y acepta su destino como otro más. De hecho, el reflejo que observa Jesse antes de ser tiroteado por Robert en el cuadro, no es más que un reflejo de esa situación, de como él lo acata sin poner trabas, de como deja que todo siga su cauce y nos muestra esa relación que fue de la admiración y el respeto al pavor más visceral, hasta terminar como una tragedia desgarradora, que se te pega, que te deja impertérrito por mostrar una vez más cuan traidoras pueden llegar a ser las emociones, y lo imperfecta que es esa máquina llamada ser humano.
Otra cosa más, Jesse James en el preciso momento que deja las armas en el sofá y se dispone a colocar el cuadro, sabe cual será su destino, sabe que está destinado a caer a manos de un chaval que un día le admiró pero que, al mostrarse como alguien cercano, en ese preciso momento le teme, y acepta su destino como otro más. De hecho, el reflejo que observa Jesse antes de ser tiroteado por Robert en el cuadro, no es más que un reflejo de esa situación, de como él lo acata sin poner trabas, de como deja que todo siga su cauce y nos muestra esa relación que fue de la admiración y el respeto al pavor más visceral, hasta terminar como una tragedia desgarradora, que se te pega, que te deja impertérrito por mostrar una vez más cuan traidoras pueden llegar a ser las emociones, y lo imperfecta que es esa máquina llamada ser humano.