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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
3
Terror. Fantástico. Drama. Bélico 1917. Primera Guerra Mundial. Frente Occidental. Más de un millón de soldados aliados y tropas alemanas se enfrentan en el páramo en que se han convertido las antaño floridas llanuras del norte de Europa, cubiertas ahora de barro y sangre, y envueltas de un aire fétido e irrespirable, que huele a gas y a muerte. Esta tierra maldita es ya la tumba de centenares de miles de jóvenes. El soldado Charles Shakespeare (Jamie Bell) y otros ocho ... [+]
30 de junio de 2009
22 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historieta construida gracias a un guión del propio Bassett que, como ya hicieron en su día los americanos, se dedica a extirpar ideas ajenas de otros films: en este caso, de la muy superior "El bunker", de la que extrae lo suficiente como para que nos demos cuenta de quién tiene realmente talento de entre los realizadores de ambos films: si el propio Bassett, o Rob Green.

La respuesta, y una vez vista la propuesta de Green, se me antoja fácil: ante una exposición, ya no de personajes, sino también de actores, absolutamente nula (en la que se arranca con un primer plano de cada uno de ellos, acompañado por los créditos -en el caso de cada cual, acompañado por el nombre del actor que le caracteriza-), observamos como las falencias del autor de la cinta que nos ocupa saltan a la palestra y, no sólo eso, también vemos que la secuencia que le sigue no mejora en ningún caso lo anteriormente visto: la ambientación podrá estar trabajada, el presupuesto sería decente, pero la imposibilidad de Bassett por generar algo de estrépito o tensión ante la secuencia que abre "Deathwatch" resulta alarmante a todas luces.

Sin embargo, la catástrofe no queda ahí. Quien quiera que se encargara del vestuario, realiza una labor de las más infernales vistas en años, y miren que uno ya está acostumbrado a lidiar con serie B y proyectos de presupuestos bajo mínimo, pero eso de disfrazar a Serkis de troglodita, ponerle un jersey negro al médico (que se nos presenta como católico) y un irrisorio sombrero escocés al soldado que, supuestamente, proviene de allí, ya es para mear y no echar gota.

Pero vaya, dejando numerosos (y escandalosos) errores de raccord a un lado, vestuario, nulidad por componer planos o generar diálogos que no se me antojen prehistóricos, que la única forma que se le ocurra al tal Bassett para generar desasosiego, sean unos cutres efectos especiales en forma de alambre de espino o la pretendida demencia de unos soldados gritando al enloquecer, eso sí que ya manda narices. Suspenso, y algún punto de regalo porque, como mínimo, el final no es tan cutre como el cartel.
Grandine
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