Estupenda comedia costumbrista que cuenta las experiencias de un alma de cántaro durante la guerra civil española. Es una humilde y tierna película, narrada en tono menor, sobre el absurdo de la guerra, la lucha de clases, el amor y la amistad. Se puede ver también como una sencilla historia que glosa las aventuras de un Quijote andaluz con su correspondiente escudero Sancho, su mula Rocinante y su amada Dulcinea (tan poco espiritual como antipática y materialista).
Fábula sincera que cuenta lo mil veces visto pero sin cargar las tintas, evitando la demagogia y solo pagando el peaje inevitable de lo políticamente correcto; en este caso el revisionismo progre es decoroso y tenue.
Muy bien Casas y Valverde; se agradece verles lucir el acento.
Son ineludibles las referencias a clásicos españoles tan señeros como "La vaquilla" o "¡Ay, Carmela!".