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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
3
Drama. Comedia Margot Zeller (Nicole Kidman), además de ser una inteligente escritora de relatos cortos, es una mujer neurótica y manipuladora. Se presenta por sorpresa, con su hijo Claude (Zane Pais), para asistir a la boda de su hermana Pauline (Jennifer Jason Leigh), a la que no ha visto en mucho tiempo. En cuanto conoce a Malcolm (Jack Black), el futuro marido de su hermana, empieza a sembrar cizaña para frustrar la boda, consiguiendo que poco a ... [+]
1 de octubre de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy irritante película que te choca, aturde y acaba mareando, a puntito de la gran vomitona.
Si la mayoría de las historias tienen sus valles y montañas, descansos y atajos, esta no, esta mantiene el mismo tono todo el rato en alto, agudo como una cuchilla que te abre el cráneo, un histrión desaforado, una histeria empingorotada y crispada que te cala los huesos y te pringa la sangre de pegajosa palabrería inflacionada y adulterada. No baja ni se detiene nunca, noventa minutos a la carrera de exabruptos, miserias y derrengamientos.
Se entiende por donde va, por el retrato de personajes, el aire viciado, enfermizo, psiquiátrico que nos muestra, pero el modo, ay la manera, es tan grosera por lo machacona y explicada, tan hablada y farragosa que casi no se soporta. Cada sensación o sentimiento dichos y redichos hasta el infinito, al retortero y a la revuelta de cada puta miga, retortijón o cuita, al detalle de cada minúscula minucia, vaivén o indecisión, qué dolor de frenopático, qué kao en el cogote, qué puñado de desafueros y neurosis y cirrosis y psicosis y apocalipsis, now, por favor.
Margot es el monstruo, sí, de vocación temprana y de cuerpo entero. Pasiva agresiva, o más bien agresiva agresiva, toda la película jodiendo la marrana a todo el mundo, se ensaña. Una de esas personas que te ve un grano de mosquito y rápidamente te aconseja, muy preocupada, que mejor que te vayas al médico corriendo, no vaya a ser, lo dice por tu bien, tiene toda la pinta a su parecer, que sea un bulto canceroso, terminal. El tópico del artista desequilibrado que vive la vida a flor de piel, en carne viva, sin filtros ni mareas, a las bravas y a las claras; que se siente una basura y mezquina (lo es), sola, desesperada, insegura y otras dudas y que, para compensar y joder, se dedica a destruir con terca insistencia la santa paz y felicidad de todos los demás, muy especialmente los de más alrededor para que así estén o se sientan todos igual que ella de mal, para igualar y que estén todos a su igual (bajo) nivel, mal de muchos, consuelo de arpías. Y, para rematar el gol, además, al ser escritora, vampiriza/canibaliza los relatos de todos, sus penas e interioridades, con lo que casi que alienta/desea las desgracias ajenas, las espera/jalea y hasta quizás incluso provoca, para así engordar su viscoso material creativo. Muy bien Kidman, recuerda algo a la Virginia Woolf de las horas.
Pauline. El espejo o reflejo debilitado de su hermana, de la escritora exitosa, a la que adora, a la mala bruja, y a la vez tanto teme, sus crueles juicios y muchas iniquidades. Es la cara buena. La patita fea, la que se conforma con menos y asume una vida de menor relumbrón. No es escritora, solo maestra. La llegada de Margot, su gran amiga-enemiga (más bien), le pone la vida boca abajo y patas arriba. Estupenda Leigh.
Malcolm. Grotesco personaje. No se pueden juntar más miserias y fealdades a lo bruto. Cobarde, traicionero, ridículo, mentiroso, garrulo, vago, mantenido, mastuerzo y desagradable además de tripón, feo y tonto. Se les fue la mano con el elemento. No sirve ni como bufón, no hace ni de reír. Insufrible Black.
Claude. Pasaba por ahí. El cliché del niño que se hace mayor y se vuelve zangolotino. Pasmado e irresoluto. Sensible e indefinido; inocente y observador. La mirada virginal ante tanta locura.
Los demás. Jaula de grillos que aumenta la sensación de pandemónium y disloque. Un coro penoso y aturdidor.
El tema podría ser la enfermedad mental. O la derrota vital. O la envidia fraternal. O la familia. O los escritores.
Nerviosa, vidriosa y agotadora. Bastante chunga finalmente en su pretenciosidad gritona y alarde tosco.
Se quiere/imagina tragicomedia de altos vuelos e inmediatez frenética y acaba siendo barullo cansino y atolondrado, exhibicionismo repelente y embotado.
Ferdydurke
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