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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
4
Thriller En París, desde hace meses, una violenta banda de atracadores de furgones actúa con total impunidad. El director de la Policía Judicial, Robert Mancini (André Dussollier), les plantea la cuestión con claridad meridiana a dos comisarios: Léo Vrinks (Daniel Auteuil), jefe de la Brigada de Investigación e Intervención, y Denis Klein (Gérard Depardieu), jefe de la Brigada de la Represión de la Delincuencia: el que consiga atrapar a la banda ... [+]
23 de febrero de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película con empaque: rostros pétreos, frases lacónicas, muertes violentas y maldad a espuertas. Diálogos ascéticos y sustanciosos, grandes actores y mucha mirada con recado. Cine negro a lo grande, a la francesa nada menos. Todo apunta alto. Nos frotamos las manos y corremos de gusto.
Pero no, otra vez no, miserablemente no. En un guion en el que pasan, tirando por lo bajo, un billón de truculencias, grandilocuencias, traiciones, lealtades y otras tantas pequeñas cosas, por lo menos hay unas diez situaciones que no hay por donde agarrarlas, de puro increíbles, absurdas o ridículas, tan pasadas de vueltas y cogidas por los pelos que una sonrisa aviesa pugna por salir de tu boca (solo te contienes por el soberano respeto que le tienes al gran Auteuil y por ese piano de fondo que taladra tu alma y te deja sin agallas ni criterio, te arrumba y aplana).
Diríamos, si queremos darle algún sentido o relación con algo, que es una puesta al día oscura, versión policial, reducida y libre, de la siempre repetida historia del Conde de Montecristo. Podría ser, algo así. Salvando galaxias de distancia, claro.
Tres hombres y un destino. Dussollier moviendo los hilos como burócrata ladino y cicatero, todo elegancia y apostura; Depardieu hecho un truhán sin fondo (fondón) y Auteuil como héroe del silencio, titán a tiempo completo; feliz amante, entregado padre y policía feroz.
Lo dicho y explicado: si le quitas los agujeros numerosos, de bala de gran calibre, al guion felón, te queda una hermosa historia, fría y pintona. Érase una vez en Francia de grandes solemnidades y vueltas del destino. Si en cambio eres de los aguafiestas y le miras el diente (podrido), puedes acabar en la comisaría más cercana tras quemar la noche en cualquier garito de mala muerte con el pecaminoso Gerard matándote a copazos y pergeñando barrabasadas sin cuento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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