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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
5
Drama Nueva York, 1979. Shane O'Shea, un joven que lleva una vida monótona y anodina, sueña con poder entrar una noche en la discoteca Studio 54 de Manhattan. Se trata de un local muy exclusivo, donde sólo admiten a famosos. Una noche, el propietario del negocio, ve a Shane en la cola y ordena al portero que lo deje entrar. A continuación, le ofrece un trabajo en el local. Allí, se iniciará Shane en el mundo de las drogas, el sexo y la música ... [+]
9 de agosto de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se celebra la existencia de la discoteca de moda de finales de los 70, el momento cumbre de la música disco. Es una especie de homenaje al dueño de esa discoteca: Steve Rubell, que triunfó gracias a su originalidad y sentido del negocio; él era el que elegía quien entraba en función de sus gustos y caprichos.
Lo mejor es la recreación del ambiente; consigue contar el vértigo fiestero, la trivial depravación, el hedonismo propio de la época; el hecho de que todo el que fuera alguien en el mundo del espectáculo tenía que estar ahí.
Lo más flojo es la dramatización, la rudimentaria creación de personajes y la inevitable moralina.
La historia muere de indefinición; comienza con fuerza y brillantez pero poco a poco se va apagando, enredando en una trama aburrida y banal, enfangando en tópicos sentimentales que no llevan a ninguna parte; como si no hubieran sabido elegir entre apostar por la reivindicación del placer, la fiesta y la amoralidad o, por el contrario, hacer la típica película con el típico guion en el que el héroe pasa una serie de dificultades, comete errores, los supera, aprende grandes valores y, de paso, se enamora. Se mezclan las dos opciones; como si el director no se hubiera atrevido (o no le hubieran dejado) a hacer algo más valiente y arriesgado y, por ello, hubiese metido los enredos amorosos y las moralejas, pensando que así sería más comercial y rentable.
El resultado es un entretenimiento aceptable, en el que no se cargan las tintas (no cae en tragedias innecesarias ni en excesos sensibleros), banal, llevadero, que se lía un poco y se pierde en explicaciones y tonterías, pero que es rescatable como recuperación de una época memorable y definitivamente perdida.
Ferdydurke
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