Más bien es Karate Kid más Rocky IV, no descubro América. La película en verdad es malísima, muy cierto, los actores son atroces, la banda sonora, estupefaciente y la trama un guiñapo delicuescente, pero tiene cierto encanto añejo, ternura y simpatía a raudales, desparpajo juvenil como de cómic, humor inocente, Michael Jackson redivivo, los ochenta a todo trapo, nos roba el corazón aunque no queramos, no nos hagamos tampoco los estrechos si lo estábamos deseando.
Los Seatlle Supersonics de Payton, Kemp y Schrempf, con el fichaje a última hora del Michael Jordan blanco, contra los Knicks de Frazer, DeBusschere y Reed, con la aparición estelar inexpugnable de una mezcla de Marciulionis, Tachenko y Rasputín.