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Voto de Ferdydurke:
7
7,2
2 743
Drama
"No tomarás el nombre de Dios en vano": Dorota, una mujer embarazada, visita en el hospital a su esposo moribundo (Andrzej). Segundo de los diez mediometrajes realizados para la televisión por el director Krzysztof Kieslowski y el guionista Krzysztof Piesiewicz, denominados genéricamente "Decálogo". cada uno de ellos se inspira en uno de los Diez Mandamientos. (FILMAFFINITY)
18 de febrero de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra vez grandes dilemas morales, encrucijadas y acertijos espirituales.
Historia deprimente y angustiosa que tiene a dos personajes principales: una violinista y un doctor. La mujer está dividida entre dos hombres; el médico es un solitario que vive de los recuerdos.
Mismo lugar desolado e igual desgarro y profundidad. Esta segunda parte es más tosca, le cuesta más decidirse, arrancar, es menos lírica y brillante aunque igualmente interesante y compleja.
Historia deprimente y angustiosa que tiene a dos personajes principales: una violinista y un doctor. La mujer está dividida entre dos hombres; el médico es un solitario que vive de los recuerdos.
Mismo lugar desolado e igual desgarro y profundidad. Esta segunda parte es más tosca, le cuesta más decidirse, arrancar, es menos lírica y brillante aunque igualmente interesante y compleja.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ella se debate entre abortar y apoyar a su marido moribundo o renunciar al enfermo (a la esperanza de que se cure), tener el hijo del amante e irse con él. Quiere a los dos hombres y no tiene claro sus sentimientos. Oscila entre el deseo de que muera su marido para poder vivir con el otro y tener al hijo, y el arrepentimiento que este deseo (reprimido pero evidente) le produce. Pasa varias veces de un extremo al otro, de renunciar y sacrificarse a querer huir y tener al niño. Para aclararse busca al doctor, para que le diga qué posibilidades tiene su marido de sobrevivir realmente. Al principio, es reacio a darle la información, por prudencia, amargura y ética profesional, poe lo que mantendrán un tira y afloja constante; ella pidiéndole respuestas (para poder tomar decisiones) y él jugando con la información. Él arrastra un pasado doloroso, la muerte de su familia (padre, mujer e hijos) durante la guerra, por lo que valora en su justa medida la vida humana y el valor de la descendencia. Este hecho será el que le decida a "engañar" (se supone, aunque se juega con la ambigüedad de hasta qué punto sabe si se va a salvar o no -en un momento dado hablan de que progresa, anteriormente había dicho que casi no tenía posibilidades de vivir) a la mujer, "jurando en vano", transgrediendo la norma, buscando un bien mayor, con el fin de que ella no aborte, diciéndole que su marido va a morir, cuando él cree que no.
El final es esperanzador y abierto. El enfermo ha sobrevivido y es feliz con la idea de tener un hijo (se supone que cree que es suyo, que la mujer no le ha contado la verdad). El médico ha conseguido sus objetivos: con la ciencia (¿y la ayuda de Dios?) ha salvado al hombre, con la añagaza, al bebé.
La conclusión sería que un mandamiento, una regla o cualquier imperativo moral absoluto debe tener sus excepciones y matizaciones; hay que distinguir entre el espíritu y la letra, no hay que ser rígido o dogmático, hay que saber interpretar la realidad, ser flexible. Eso sería la forma de verlo (si pensamos que la engañó a propósito) desde el punto de vista del doctor que, como le dijo la mujer, tiene un Dios privado, moldeable y moldeado, a su manera, a su libre interpretación. Pero no sabemos lo que sienten o piensan la mujer, especialmente, y su amante, ni podemos conocer las futuras consecuencias de estos hechos, de ahí el carácter abierto de esta historia, de este final especialmente, su condición intrincada e inextricable, como la decisión del doctor, como la vida misma, trata de señalar Kieslowski a través de esta obra, eso nos parece.
Otras cosas:
- Vuelve a aparecer el "mirón" dentro del hospital, el mismo personaje misterioso, testigo, espectador como nosotros, sin juicio moral o toma de partido, que solo observa, como un fantasma o un Dios.
- La banda sonora es menos utilizada aunque también es importante. Además, la mujer y su amante son músicos.
- Hay varias metáforas. Quizás las dos más llamativas sean las que ocurren en la habitación del enfermo. La gotera ominosa, quizás como "señal" de la vida que se le escapa o simplemente consecuencia de las horribles condiciones del hospital. Y la más graciosa y brillante: la del insecto que tras una lucha titánica sobrevive saliendo del agua y trepando por las paredes del vaso, venciendo a la muerte, como el marido, o, rizando el rizo, escapando de la prisión del mandato innegociable.
- Es, también, aunque en menor medida, otra vez la lucha, y la convivencia, entre la Ciencia y Dios.
El final es esperanzador y abierto. El enfermo ha sobrevivido y es feliz con la idea de tener un hijo (se supone que cree que es suyo, que la mujer no le ha contado la verdad). El médico ha conseguido sus objetivos: con la ciencia (¿y la ayuda de Dios?) ha salvado al hombre, con la añagaza, al bebé.
La conclusión sería que un mandamiento, una regla o cualquier imperativo moral absoluto debe tener sus excepciones y matizaciones; hay que distinguir entre el espíritu y la letra, no hay que ser rígido o dogmático, hay que saber interpretar la realidad, ser flexible. Eso sería la forma de verlo (si pensamos que la engañó a propósito) desde el punto de vista del doctor que, como le dijo la mujer, tiene un Dios privado, moldeable y moldeado, a su manera, a su libre interpretación. Pero no sabemos lo que sienten o piensan la mujer, especialmente, y su amante, ni podemos conocer las futuras consecuencias de estos hechos, de ahí el carácter abierto de esta historia, de este final especialmente, su condición intrincada e inextricable, como la decisión del doctor, como la vida misma, trata de señalar Kieslowski a través de esta obra, eso nos parece.
Otras cosas:
- Vuelve a aparecer el "mirón" dentro del hospital, el mismo personaje misterioso, testigo, espectador como nosotros, sin juicio moral o toma de partido, que solo observa, como un fantasma o un Dios.
- La banda sonora es menos utilizada aunque también es importante. Además, la mujer y su amante son músicos.
- Hay varias metáforas. Quizás las dos más llamativas sean las que ocurren en la habitación del enfermo. La gotera ominosa, quizás como "señal" de la vida que se le escapa o simplemente consecuencia de las horribles condiciones del hospital. Y la más graciosa y brillante: la del insecto que tras una lucha titánica sobrevive saliendo del agua y trepando por las paredes del vaso, venciendo a la muerte, como el marido, o, rizando el rizo, escapando de la prisión del mandato innegociable.
- Es, también, aunque en menor medida, otra vez la lucha, y la convivencia, entre la Ciencia y Dios.