A más guapo, más idiota, esa es la ecuación que se plantea perfecta, la belleza es totalmente ajena a la inteligencia, es un trío de descerebrados que apenas se tienen en pie y cada decisión que toman o dejan de tomar es peor si cabe que la anterior.
O no, que el amor o lo que mierdas sea eso cuando es de verdad a tumba abierta equivale a muerte es incompatible con la (puta) vida. Es revolucionario, como en los sesenta argentinos mundiales ya menos en los dos mil que se hizo esta película (y ya nada ahora, lo opuesto, contrarrevolucinario, burgués, decadente, pijo, gubernamental, snob, donde va la gente, adocenado, manso, sumiso, lo que mande padre, progresas adecuadamente en la espalda palmada), lo homosexual, aunque en este caso tenga ese aspecto heroico épico de guerreros como los espartanos aú aú, de camaradería macha violenta macabra sanguinaria donde las mujeres son un momento o un estorbo o un descanso efímero pasajero bobo segundo plato un piso un agujero nunca lo importante por demasiado blando y/o fofo que no gordo, flojo. De acuerdo.
Es una película mala que acaba siendo lo más parecido a buena porque no se corta arredra y se atreve a hacer el ridículo y ser mamarracha, se maltrata, intensa, loca, despelotada, lo juega todo a un romanticismo furioso sucio esquizofrénico los poseídos que en el lado más puramente argentino es un gozo/triunfo, ellos traen de serie, esa mezcla de gentes de todo el mundo, judíos, italianos, españoles, nativos, que es su sangre, como una sobrevida sobrevenida que está (por) encima de la vida ordinaria o convencional o común de todos los demás (países), como si doblaran o aumentaran la apuesta, como si le añadieran siempre algo más a todo, picante morbo, más sabor más horror y pasión y eso y juego y ganas y derrota y truco y sexo.
Los actores están todos mal y casi que mejor, más graciosos y de excesos llenos, especialmente Noriega que ni leer bien sabe, pero qué bellos, ella, la segunda (a la primera Fonzi ni la reconocí de tan joven) Brédice mejor, tiene sus buenas escenas, cuando se lanza sobre él para que no se vaya desesperada, puto, puto...