La directora y guionista Julia Solomonoff comparte esta vez, en su tercer largo, escritura con  Christina Lazarini sin perder por ello sus señas de identidad, más bien reforzándolas, en una historia de búsqueda, de lugar en el mundo preñada de melancolía, de desubicación espacial y sentimental. Solomonoff ya nos cautivó hace 8 años con "El último verano de la Boyita" y vuelve a hacerlo con esta mirada al rol del varón del siglo XXI. Nico, magníficamente interpretado por Guillermo Pfening  huye de una relación sentimental tóxica que pone en entredicho todo su status social y profesional adquirido. En tierra extraña, en un Nueva York Babel inmisericorde de oportunidades y sacrificios tiene que empezar de cero. Su profesión, la de actor, es sabido que es una carrera de fondo donde resistir no es nada fácil. Nico lo intenta, cae y se levanta cada mañana y descubre facetas de si mismo que desconocía.

Solomonoff emigró siete años a USA, sabe de lo que habla. Sin estridencias, con un ritmo marca de la casa, apenas sin levantar la voz consigue mantener la tensión en un juego de apariencias donde Nico acaba por ver su propio reflejo y tomar una decisión. Tiene hueco Solomonoff para hacer de la ciudad un personaje más y compartir una mirada con la problemática de la inmigración. La directora se constituye como una de las más interesantes del cine Argentino actual.