Sorprende y tiene muchísimo merito lo que Barbara Lennie y por ende su directora Nely Reguera han conseguido con este personaje, dado que el físico y el carisma personal de Lennie jugaba en su contra y su imagen omnipresente en la cinta nos manda inconscientes mensajes contradictorios con lo que estamos presenciando. Por ello la actriz ejerce como tal, se hace con el personaje y merece  el reconocimiento y los premios que se ha llevado. Pero los cracks no juegan solos y el equipo que la rodea está a su altura, no solo complementándola sino dándola su razón de ser y esbozando un puñado de historias paralelas tan sugerentes como la de la propia protagonista. De ahí lo acertado del título y  de la película, debut en el largo de la directora catalana.

Sorprende también lo elaborado de un guión escrito a cinco manos que navega con soltura entre el drama y la comedia. Retrato social, generacional y familiar en general y muy empático en lo personal con una María que en la treintena ha encontrado su razón de ser, su nicho vital, en el servicio a los demás y de repente se ve reflejada en un espejo en el que no hay nadie detrás ni a su lado. El pánico a la soledad y sus propios deseos y frustraciones salen en tropel del baúl donde los guardaba con llave segura, espoleados por una presión social y personal que reclama injusta y absurdamente el cumplimiento de unos estándares de vida para alcanzar esa entelequia que llamamos felicidad. María sueña, ríe, llora, se cabrea y se va descubriendo a si misma sin necesidad de referencias en un estudio de personaje en el que en mayor o menor medida es fácil reconocerse al igual que en los personajes que componen su familia. Todo es creíble, natural. "Los día de invierno", título de su libro ya han sido escritos, ahora toca vivir la primavera.

cineziete.wordpress.com