Después de "El mundo es nuestro" (2012) queríamos más y a ser posible igual o mejor. Desgraciadamente no ha sido así. Donde faltaron medios sobraba imaginación y ahora ocurre lo contrario. Sanchez y Lopez lo intentan, se les ve la intención, se lo curran como actores y sacan el molde de ciertos individuos que viven del cuento y de la picaresca, del pelotazo, a salto de mata entre finitos y ferias. En otros sitios también medran, pero ahora lo que toca son la versión andaluza llena de clichés y estereotipos autonómicos. Evidentemente no se puede generalizar pero haberlos haylos y son muy reconocibles.

El guión, supongo que del propio Sanchez, es un quiero y no puedo y más allá de algunas escenas y personajes que apuntan maneras el resto es una comedia flojita, que no redime sus afanes de crítica social. Otra vez será chicos.

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