Si no la vio en su momento, esta tragedia culebrón melodramático, machista y violento a lomos de Harleys Davison, donde Freud y Shakespeare dejan su huella es adictivo a más no poder si uno acepta sus presupuestos y asume que debería haber terminado al final de la tercera temporada o como mucho la cuarta y que todo lo demás es más de lo mismo, un sucedaneo para calmar el mono que provoca esta historia de moteros en torno a la ciudad californiana de Redwood donde en la realidad prolifera la violencia entre las pandillas de norteños y sureños. Servidor reconoce el placer culpable de haberse metido en el cerebro las siete temporadas de un tirón, cosa que probablemente dejará secuelas indeseadas.

En su haber toda una extensa galería de personajes variopintos con historias que contar, bien interpretados por un elenco notable. Mis preferidos son la matriarca que encarna con descarada solvencia la actriz, cantante y escritora Katy Sagal y su enamorado canceroso y jubilado sheriff al que da vida, Dayton Callie uno de esos secundarios que se hacen protagonistas en cada una de sus escenas.

Kurt Sutter su creador que interpreta el personaje de Otto, exprime el producto hasta la saciedad y se las apañó para batir audiencias cada temporada, cosa que no ha podido repetir con su siguiente serie "The Bastard executioner"  que fue cancelada por baja audiencia; y es que el respetable siempre es impredecible. 

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