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Voto de RandolphCarter:
7
2010
Robert Kirkman (Creador), Frank Darabont ...
7,0
74 154
Serie de TV. Terror. Ciencia ficción
Serie de TV (2010-2022). 11 temporadas. 177 episodios. Tras un apocalipsis zombie, un grupo de supervivientes, dirigidos por el policía Rick Grimes, recorre los Estados Unidos para ponerse a salvo. Aunque el leit motiv de la serie -cuyo episodio piloto fue dirigido y escrito por Frank Darabont- sea el apocalipsis zombie, la narración se centra más en las relaciones entre los personajes, su evolución y comportamiento en las situaciones ... [+]
11 de diciembre de 2010
38 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre sonrió a su hijo y le dijo que estuviera quieto, en silencio, leyendo sus cómics en el piso de abajo. Agachó la mirada, sopesó el rifle con ambas manos y, tomando aire, comenzó a subir por la escalera. Llegó a la habitación, pequeña y bien iluminada por la luz del sol. Colocó la silla contra la ventana. Abrió la caja de galletas que escondía bajo la cama y se puso a mirar las fotos, con calma, hasta detenerse frente a la de una mujer con velo blanco. Sin prisas, cargó el arma mientras sus labios temblaban ante el recuerdo.
Observó a través de la ventana. Uno, dos, tres caminantes vagaban con paso perdido por la calle. Se sentó, apoyó el cañón en el respaldo de la silla, abrió la tapa de la mirilla y apuntó al primero. Se tomó su tiempo. El primer estallido quebró el silencio del pueblo, un cuerpo golpeó el suelo, su hijo gritó su nombre desde la planta baja y, como pretendía, llamó la atención de todos los de la zona. Comenzaron a dirigirse lentamente hacia el origen del ruido. Hacia la casa.
Trató de calmar al niño, diciéndole que no pasaba nada, que todo estaba bien, que todas las entradas estaban firmemente apuntaladas. Que se tapara los oídos. Seis se dirigían ahora hacia su posición. El hombre apuntó al segundo entre los ojos, disparó, otro cayó y entre maldiciones, masculló para sus adentros: “vamos, vamos, aparece de una vez, sé que estás por aquí… ” Quince caminaban mirando fijamente hacia su ventana. Entonces la vio. Todavía seguía hermosa; de alguna manera, no se había demacrado demasiado aún. No como el resto. Apuntó.
Se repitió a sí mismo “venga, puedes hacerlo, acaba con esto de una vez”. Tensó el dedo índice, acariciando el gatillo. El pulso ya no le obedecía. Bajó el arma. Las lágrimas le nublaban la vista a través del objetivo. Se las secó y, jadeante, volvió a colocar el rifle y volvió a apuntar a la cabeza de su mujer. “Tienes que hacerlo, tienes que hacerlo, por el chico, hazlo por el chico…” Porque si no podía hacerlo, su hijo seguiría siempre aterrado, temiendo que su madre intentara de nuevo agarrarle, morderle, comérselo vivo. Porque si no era capaz de aquello, tenía la certeza de que no sobrevivirían al apocalipsis del nuevo mundo.
(Acaba en spoiler por falta de espacio)
Observó a través de la ventana. Uno, dos, tres caminantes vagaban con paso perdido por la calle. Se sentó, apoyó el cañón en el respaldo de la silla, abrió la tapa de la mirilla y apuntó al primero. Se tomó su tiempo. El primer estallido quebró el silencio del pueblo, un cuerpo golpeó el suelo, su hijo gritó su nombre desde la planta baja y, como pretendía, llamó la atención de todos los de la zona. Comenzaron a dirigirse lentamente hacia el origen del ruido. Hacia la casa.
Trató de calmar al niño, diciéndole que no pasaba nada, que todo estaba bien, que todas las entradas estaban firmemente apuntaladas. Que se tapara los oídos. Seis se dirigían ahora hacia su posición. El hombre apuntó al segundo entre los ojos, disparó, otro cayó y entre maldiciones, masculló para sus adentros: “vamos, vamos, aparece de una vez, sé que estás por aquí… ” Quince caminaban mirando fijamente hacia su ventana. Entonces la vio. Todavía seguía hermosa; de alguna manera, no se había demacrado demasiado aún. No como el resto. Apuntó.
Se repitió a sí mismo “venga, puedes hacerlo, acaba con esto de una vez”. Tensó el dedo índice, acariciando el gatillo. El pulso ya no le obedecía. Bajó el arma. Las lágrimas le nublaban la vista a través del objetivo. Se las secó y, jadeante, volvió a colocar el rifle y volvió a apuntar a la cabeza de su mujer. “Tienes que hacerlo, tienes que hacerlo, por el chico, hazlo por el chico…” Porque si no podía hacerlo, su hijo seguiría siempre aterrado, temiendo que su madre intentara de nuevo agarrarle, morderle, comérselo vivo. Porque si no era capaz de aquello, tenía la certeza de que no sobrevivirían al apocalipsis del nuevo mundo.
(Acaba en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Así es “The walking dead”, la odisea de unos personajes al límite que han de enfrentarse a constantes amenazas exteriores y a sus propios demonios interiores en un pandemonio devastador; una historia más centrada en sus desarrollos dramáticos que no en su truculencia gore. Porque lo que queda tras ver esta notable miniserie es el retrato de unas personas tratando de mantener su humanidad y seguir adelante en un mundo que intenta devorarles a cada nuevo paso. Tal vez sea la mejor incursión en el tema zombie jamás realizada, gracias a una profundidad dramática que se impone frente a su lujosa fachada de superproducción, inoculando certeras dosis de dignidad a un subgénero demasiado denostado por culpa de tantas películas mediocres. Obligatoria para los aficionados al terror y a la carne poco hecha.