La persona que vea esta película y espere ver un western "típico" de duelos, tiroteos abundantes y persecuciones a caballo a lo largo de un claro e infinito prado, que no la vea mejor. Es un western que se centra en dos personajes, especialmente en la relación de uno de ellos hacía el otro y en la busca de respuestas que hubiera sido mejor no responder. Es un drama, con ciertas escenas de acción y tiroteos habituales en el siglo XIX. Pero realmente no sorprende. Como película western, tal vez, un poco, aunque sigue teniendo muchas características habituales de este tipo de cine en su haber. Los giros argumentales que pretender sorprender a alguien que vea la película, desde mi humilde opinión, se ven desde el minuto 0, es algo obvio a la vez que típico en este tipo de películas. Pullman hace un papel diferente que el que había hecho en los últimos años y demuestra que aún es un actor con mucho que demostrar a pesar de la edad, que no es ningún impedimento. Personalmente, creo que la película podría haber durado menos porque hay escenas que se podrían haber acortado e incluso alguna que podría haberse borrado. No sé porque pero creo que hubiera triunfado más en formato de capítulo de serie con una duración entre 50-60 minutos.