Película de intriga detectivesca que consta de todos los elementos necesarios: asesinatos, un investigador que no se detiene y un reparto lleno de sospechosos y todos ellos con motivos.

El punto de partida resulta bastante interesante, algo esperado naciendo de Agatha Christie, y vemos como Donald Sutherland va indagando en la historia, hablando con los familiares de su amigo injustamente acusado. A ninguno parece importarle demasiado que el asesino siga entre ellos y eso le complica las cosas.

El problema de esta película es que no está nada bien planificada. Nos ofrece una narración farragosa que hace que la historia no se entienda bien. Los sospechosos pasan fugazmente por pantalla y no nos da tiempo ni a elegir culpable, y lo que es peor, ni siquiera nos importa.
La ambientación oscura y los flashbacks en blanco y negro son geniales para crear una atmósfera oscura y de suspense, pero no sirven para nada porque se los carga la música, que no pega ni con cola.

Adaptación fallida.