Me parece a mí que el tal Kovak lo que ha hecho es meter al pobre David Norton en uno de sus laberintos, y sabe perfectamente cómo reaccionará a cada uno de los estímulos. Ahora, bien, lo que pretenda ganar con ello... se me escapa. ¿Que Norton escriba un libro donde Kovak quedará como un malvado, solo para que le recuerden? Pues vaya. Muy traído por los pelos.

Después de una masacre que ni te cuento, que no se salva ni el tato, la nena mona sale airosa (en realidad, está toda la película igual, al final estás deseando que encuentren su cadáver de una vez, pero nada de nada). Ya está bien de tomarle el pelo a la gente, caramba.

El tema del idioma es sangrante. ¿En qué puñetero idioma están hablando todo el rato los norteamericanos, los ingleses, los españoles, los mallorquines, el ruso, los médicos, los psicólogos, los forenses, los policías, los guardias, los empleados del aeropuerto, los de los hoteles... que se entienden entre unos y otros en un lenguaje florido y preciso sin ninguna vacilación? Esto se le puede perdonar (con mucho esfuerzo, eso sí) a películas de poco fuste provenientes del mundo anglosajón, que ya sabemos que para ellos el inglés no es ya una lengua internacional sino intergaláctica; se habla en el Sistema Solar, en la Galaxia Andrómeda, la Nebulosa de Orión, la Quinta Dimensión... ¿Pero a guionistas y realizadores europeos/españoles? Por favor, que fallo más garrafal.

Además, justamente en Mallorca se han dado casos muy graves en que personas muy mayores que solo hablan bien el mallorquín han sido desatendidas por servicios médicos llevados por impresentables (no les puedo dar otro nombre) con el cuento de que "no se les entiende". Y justamente en esa isla, si te fías de esta película, ¡no hay problema! Los guiris son comprendidos y atendidos con total diligencia, amabilidad y efectividad. ¡Hasta el de la Policía Nacional que quiere detener al prota a punta de pistola se dirige a él de forma perfecta y desenvuelta! ¡Y él le contesta igual! (En no sabemos qué lengua, claro).

La solución al enigma: del primero al último, interpreto que en realidad todos hablan esperanto. Si no es así, allá va una seria queja por mi parte por ser tan insensibles y tontorrones los productores, los guionistas y el director.