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Voto de Juan Marey:
7
Intriga En un hospital de Boston se comete un asesinato del que se acusa a un médico. Entonces Peter, un médico recién llegado al centro, que no cree en la culpabilidad de su colega, decide iniciar una investigación, arriesgando su propia vida, para descubrir al verdadero culpable. (FILMAFFINITY)
6 de marzo de 2024
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Basada en la novela “A Case of Need” de Michael Crichton, esta fue una de las pocas incursiones de Blake Edwards en el género del Thriller, está protagonizada por James Coburn, un médico que intenta exculpar a un amigo acusado de asesinato después de realizar un aborto. Se trata de una curiosa adaptación de la novela de Crichton (por cierto, en la pantalla se le atribuye el seudónimo que utilizó en el libro, 'Jeffrey Hudson'), se mantiene la trama básica y se simplifica sensiblemente la narrativa (el libro se desarrolla en varios hospitales, la película se limita a uno) y elimina muchos de los personajes periféricos. John Berry, el protagonista en el libro, es un padre bastante tradicional, felizmente casado, pero también cómplice de varios abortos (entonces ilegales), en la película se convierte en 'Peter Carey', un libertino soltero recién llegado de Palo Alto y que en realidad está basado en un personaje subsidiario de la novela que aparece en apenas unas páginas, para crear un cierto interés “amoroso” se inventa también un nuevo personaje, la nutricionista del hospital, en la persona de una atractiva Jennifer O'Neil.

Blake Edwards dirigió esta película con ritmo y cierta desgana ya que se vio obligado a hacerla bajo presión del estudio, que amenazó con destruir su carrera si no llevaba la historia con su habitual elegancia, en todo caso, la trama tiene su interés y posee intriga y algunas buenas dosis de suspense. Se trataba de hacer ver que hay médicos buenos que, de verdad, se ocupan de sus pacientes en un sistema como el americano basado en el mercantilismo y en las prebendas, en todo caso, ahí está un médico con cierto sentido del deber, que se enamora, que lucha, que pierde en muchas ocasiones pero que siempre puede decir que está satisfecho consigo mismo porque ha hecho lo que debía hacer.

El notable equipo de guionistas formado por Harriet Frank Jr. e Irving Ravetch presentó una versión revisada de su guion a mediados de julio de 1971, pero cuando se aprobó el guion final, dos semanas antes de que comenzara el rodaje, los nombres de John DF Black y Blake Edwards habían sido agregados a los créditos, al final, la película fue tan mutilada en la postproducción por el director del estudio MGM, James Aubrey (cuya hija Skye Aubrey, por cierto, interpreta a la enfermera drogadicta Agnes) que Edwards intentó que eliminaran su nombre como director, no lo logró. No fue un éxito de crítica ni de taquilla, Blake Edwards acusó a MGM de masacrar su versión del film y omitir escenas de vital importancia, pero a pesar de todas estas contingencias e imponderables, la película es sumamente disfrutable y muy entretenida, planteándose en ella cuestiones como la ética profesional, la práctica de abortos, el consumo de drogas, el robo de medicamentos hospitalarios… No es ninguna obra de arte, ni pretende serlo, pero sí es un más que ameno film que además nos confirma el porqué Coburn fue uno de los protagonistas más carismáticos de su época.
Juan Marey
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