Cuando uno se pone a ver ‘Ciudad de mentiras’ enseguida se da cuenta de que es de esas películas que van a terminar con estigma de ser “fallida”. Soy el primero que detesta ese apelativo, pero es que cuando ves a sus dos protagonistas principales tan esforzados, algunos momentos tan conseguidos y cierto grado de enganche por mi parte como espectador, pero no consigue permanecer completamente interesado por lo que sucede en pantalla, es que algo ha pasado por el camino. He leído varias cosas sobre problemas durante el rodaje y, sin duda, terminan pasando factura en pantalla.

Porque eso es ‘Ciudad de mentiras’, una película que tiene sus fallos, empezando por su desorganizado montaje y siguiendo por un ritmo que va, viene y por el camino se entretiene. Me gusta el estilo cámara al hombro que le da cierto toque documental, pero sus constantes cortes entorpecen la narración y no terminamos de encajar, como espectadores, qué está sucediendo o qué ha sucedido durante la investigación.

Como digo, el mayor acierto reside en su reparto, con un Johnny Depp que, alejado de los personajes estrambóticos de Burton, demuestra una vez más que hacer de persona real (ese Russell Poole obsesionado) se le da francamente bien. Algo más exagerado, pero siempre tiende a ello, es Forest Whitaker, que aquí está también bastante bien. Sin duda, son lo mejor de la película.

‘Ciudad de mentiras’ puede amenizaros una tarde, desde luego, pero tampoco la recordaréis a pesar del buen trabajo de sus actores principales.

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