Por culpa de “el trabajo que me da de comer” me perdí en la Seminci de este año la nueva película del director argentino Gastón Duprat, pero no iba a dejar escapar la oportunidad de verla en el cine. Y no me arrepiento de ello.

De vez en cuando el cine argentino nos sacude con una nueva propuesta emocionante y entretenida que nos arranca una sonrisa durante su visionado. Si algo hace bien ‘Mi Obra Maestra’, es precisamente eso. Asistimos a los sucesos, a la disparatada historia de este pintor contemporáneo y el galerista con una sonrisa bobalicona de encanto.

Muy bien interpretada por su trío protagonista (Guillermo Francella, Luis Brandoni y Raúl Arévalo), la dupla Duprat (uno dirigiendo y el otro escribiendo) nos cuentan una bonita historia sobre la amistad, todo envuelto en un tono cómico al que le viene como anillo al dedo el hecho de que en ningún momento sepamos por dónde va a ir la historia o qué va a ocurrir. Además, tiene el maravilloso encanto de dejar poso, de que te quedes pensando en ella horas después de haberla visto. Y para mí eso, no tiene precio en una película.

Entretenida, interesante y agradable, ‘Mi Obra Maestra’ es una de esas películas que recordarás a la hora de hacer la lista de las mejores que has visto este año. Porque cada vez que pienso en ella, más me va gustando.

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