Adaptación cinematográfica de la novela de Thomas Harris del mismo nombre (ya en 1986 Michael Mann hizo su particular y mucho más modesta versión con "Manhunter").

Aunque ambas películas están basadas en la misma novela, son bastante diferentes a la hora de desarrollar la trama. Es más bien una historia contada desde dos puntos de vista diferentes (aunque sí es cierto que hay alguna que otra escena calcada que no puede evitarse).

Reconozco que "Manhunter" me pareció un tanto mediocre, pero ahora me doy cuenta de la diferencia de enfoques. Aquella tenía un ritmo más pausado y mucho menos intrigante. Su trama de investagación criminal se difuminaba, ofreciendo poco misterio al entorpecerse por centrarse esencialmente en los demonios internos del personaje principal: el investigador Will Graham, en sus pensamientos y extrañas circunstancias personales. Por el contrario "El dragón Rojo" nos ofrece a un investigador protagonista de una manera mucho menos interesante y más superficial que "Manhunter" (William Petersen tampoco es que estuviera brillante en "Manhunter", pero Edward Norton resulta aun más difícil de creer como héroe con instintos asesinos reprimidos).

Así que si buscan un tratamiento mínimamente interesante hacia el personaje Will Graham lo encontrarán en "Manhunter". Si buscan todo lo demás lo encontrarán en "El dragón rojo", que resulta ser una thriller criminal entretenido, que sabe mantener la tensión en muchas de sus escenas, que se hace interesante por momentos en su trama, y que incrementa su intensidad y tenebrismo conforme avanza para aumentar cierto misterio. Si bien no es nada que no nos haya ofrecido antes este tipo de cine de misterio criminal, desde luego es un thriller con un ritmo que aumenta en dinamismo conforme avanza y que deja buen sabor de boca. Ratner mantiene un pulso correcto sin ser algo sobresaliente.

Y luego por supuesto tenemos a un par de villanos de la cabeza a los pies y de lo más atrayentes. Anthony Hopkins y su malvado, carismático, interesante, sádico y elegante Hannibal Lecter que siempre emboba en curiosidad y temor. Y Ralph Fiennes que no deja aquí de hacer algo que se le da muy bien: interpretar a villanos sádicos y enloquecidos.

Fiennes está especialmente bien, él tiene las escenas más jugosas y le saca el mayor partido a su personaje. Realmente impresionante... acaba ensombreciendo al propio Hannibal.

Lo peor: Edward Norton en un papel que no va con él.
Lo mejor: El par de villanos que nos regalan Hopkins y Fiennes...