Media votos
5,7
Votos
3 920
Críticas
11
Listas
16
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de odokm:
6
6,2
178
Comedia
Una mujer joven deja su trabajo y a su pareja en Japón para empezar una nueva vida en Tailandia. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué película tan difícil de valorar. Nanayomachi enseña muchas cosas pero profundiza muy pocas. Hay escenas de 10 y escenas de 1. Personajes interesantísmos junto con otros lamentables. Da la sensación de ser una película muy poco trabajada, como si Kawase tuviera una idea general de lo que quería hacer pero no tuviese tiempo para reflexionarla; como si aterrizase en Tailandia con unos esbozos de lo que buscaba y el resto lo improvisase. Esta improvisación no tiene que ser mala per se, pero para que una improvisación tenga valor lo mínimo que tiene que tener es frescura, y hai partes de Nanayomachi que no la tienen para nada. Como que se viese obligada a dar coherencia narrativa en ciertas partes de la película (los flashback en Japón) cuando ni la película los pedía, ni el espectador los pedía, yo creo que ni Kawase los quería realmente, y por si fueran poco, quedan como un apósito sensiblón, chapucero e manierista, fuera del tono general de la película.
Metiéndonos más de lleno en la película cabe señalar algunas claves que considero centrales en Nanayomachi, empezando por el concepto de comunicación. La eliminación de la comunicación verbal entre los personajes parece que no les crea excesivas dificultades. A través de la mímica, del tono de voz y del contacto físico la comunicación parece fluir. Especialmente importante es el contacto físico, sobre todo a través de los masajes. Un motivo recurrente en la película es la continua comparación entre esa Tailandia que está viviento la protagonista y su Japón. En esta comparación el contacto físico se alza como fundamental en contraposisión a una sociedad japonesa donde esto no ocurre ni dentro de la familia, y esto, creo yo que según Kawase, dificulta enormemente los procesos comunicativos. Pero toda esta aparente comunicación fluida sin palabras se desmorona completamente en el momento clímax de la película donde los humores, la pasión, los nervios y la tensión se apoderan de los personajes imposibilitando cualquier comunicación y dejando claro para el espectador el mensaje de Kawase, una comunicación exitosa depende más de un contexto adecuado (voluntad) que de los medios en la que se realice.
Metiéndonos más de lleno en la película cabe señalar algunas claves que considero centrales en Nanayomachi, empezando por el concepto de comunicación. La eliminación de la comunicación verbal entre los personajes parece que no les crea excesivas dificultades. A través de la mímica, del tono de voz y del contacto físico la comunicación parece fluir. Especialmente importante es el contacto físico, sobre todo a través de los masajes. Un motivo recurrente en la película es la continua comparación entre esa Tailandia que está viviento la protagonista y su Japón. En esta comparación el contacto físico se alza como fundamental en contraposisión a una sociedad japonesa donde esto no ocurre ni dentro de la familia, y esto, creo yo que según Kawase, dificulta enormemente los procesos comunicativos. Pero toda esta aparente comunicación fluida sin palabras se desmorona completamente en el momento clímax de la película donde los humores, la pasión, los nervios y la tensión se apoderan de los personajes imposibilitando cualquier comunicación y dejando claro para el espectador el mensaje de Kawase, una comunicación exitosa depende más de un contexto adecuado (voluntad) que de los medios en la que se realice.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La relación con Japón como país también se hace patente en el personaje de la madre. Existe una especie de amor-odio, seguramente porque relaciona el país con el padre verdadero de su hijo, que es japonés al parecer. Japón aparece ante su mirada como un país rico, bello, pero carente de espiritualidad. Es precisamente ahí donde cree que Tailandia tiene una ventaja competitiva con Japón (y por extensión con Europa), de ahí que decida que su hijo sea monje budista. Es la manera a través de la cual ella puede proveer a su hijo una vida rica, no solo bajo los estándares tailandeses, sino bajo cualquier estándar. Esta espiritualidad también atrae a la japonesa que viene escapando de su país, y al francés, que viene buscándose a si mismo. Me gustaría haber visto cierta ironía por las acciones de estos personajes, aunque me temo que solo hay una crítica simplona e ingenua hacia estos países ricos. Una pena, otra oportunidad perdida. Por supuesto cuando hablaba de personajes lamentables, me refería al del francés, no me extenderé en su análisis porque me quedan varios temas por tocar, pero me reafirmo a calicarlo de lamentable.
La gran escena clímax de la película ocurre en el momento que mencionaba anteriormente, donde toda comunicación se cae a pedazos. Hay un niño que se pierde, nadie sabe dónde está y nadie puede encontrarlo. La llegada a este clímax es deliciosa, Kawase lo hace de una manera muy suave en la forma pero muy abrupta en el contenido, intentaré explicarme. El tono de la mirada de la cámara y el tono de los personajes no cambia demasiado a pesar de que hemos (los espectadores) recibido una noticia muy mala, muy grave, un niño ha desaparecido. Pero poco a poco, suavemente, este tono se va elevando, casi parece que la narradora tampoco sabe tailandés y se va dando cuenta de lo que pasa paulatinamente hasta que al final, ya si, tenemos una apoteosis melodramática con gritos, jadeos, violencia, insultos, etc. La relación entre los personajes gira completamente, nadie es capaz de hacerse entender y nadie entiende. Finalmente la escena hace el mismo movimiento descendente y simétrico hasta devolvernos al status quo del filme.
Para terminar, me gustaría comentar que me escuece un poco la idealización de la vida en Tailandia. Una vida sin prisas, donde la naturaleza forma parte de las casas y los pueblos de la naturaleza. La veo una idealización primermundista y naive hecha por dos turistas semiburgueses (japonesa y francés) cuyo viaje les cambiará la vida, desde luego, pero durante dos meses máximo. En mi opinión se puede hacer una crítica honesta a la forma de vida en Japón sin tener que idealizar por el camino el estilo de vida tailandés, más que nada porque lo veo hasta como una falta de respeto. Al fin y al cabo Japón es un país rico que lo tiene todo, pero justo lo que quiere no lo puede tener, caprichos de ciudadados del primer mundo, que los queremos todo, incluso ser pobres. O quizás me equivoque y efectivamente en Tailandia se vive así realmente, al fin y al cabo yo nunca he estado allí y Kawase si...
La gran escena clímax de la película ocurre en el momento que mencionaba anteriormente, donde toda comunicación se cae a pedazos. Hay un niño que se pierde, nadie sabe dónde está y nadie puede encontrarlo. La llegada a este clímax es deliciosa, Kawase lo hace de una manera muy suave en la forma pero muy abrupta en el contenido, intentaré explicarme. El tono de la mirada de la cámara y el tono de los personajes no cambia demasiado a pesar de que hemos (los espectadores) recibido una noticia muy mala, muy grave, un niño ha desaparecido. Pero poco a poco, suavemente, este tono se va elevando, casi parece que la narradora tampoco sabe tailandés y se va dando cuenta de lo que pasa paulatinamente hasta que al final, ya si, tenemos una apoteosis melodramática con gritos, jadeos, violencia, insultos, etc. La relación entre los personajes gira completamente, nadie es capaz de hacerse entender y nadie entiende. Finalmente la escena hace el mismo movimiento descendente y simétrico hasta devolvernos al status quo del filme.
Para terminar, me gustaría comentar que me escuece un poco la idealización de la vida en Tailandia. Una vida sin prisas, donde la naturaleza forma parte de las casas y los pueblos de la naturaleza. La veo una idealización primermundista y naive hecha por dos turistas semiburgueses (japonesa y francés) cuyo viaje les cambiará la vida, desde luego, pero durante dos meses máximo. En mi opinión se puede hacer una crítica honesta a la forma de vida en Japón sin tener que idealizar por el camino el estilo de vida tailandés, más que nada porque lo veo hasta como una falta de respeto. Al fin y al cabo Japón es un país rico que lo tiene todo, pero justo lo que quiere no lo puede tener, caprichos de ciudadados del primer mundo, que los queremos todo, incluso ser pobres. O quizás me equivoque y efectivamente en Tailandia se vive así realmente, al fin y al cabo yo nunca he estado allí y Kawase si...