Deliciosa, amable en la dureza de su fondo, luminosa, humana, mediterránea y valiente.
Supera con nota la tentación de caer en un cierto esteticismo que podría haberla arrastrado a otro lugar. Ese coqueteo con la belleza plástica ahí está, pero no empequeñece la propuesta, al contrario, la aproxima, la compensa y la aligera para que sea más fácil su digestión, y de paso más hermosa.
Emotiva, pero no sólo de piel. Con fondo, con esencia y con personajes que se quedan amarrados al espectador (de todas las edades!).
No os la perdáis, de lo mejorcito de los últimos tiempos y merecidamente premiada.