Esta es la típica peli que tiene cosas que no cuelan, y a la que le faltan algunos elementos y le sobran otros. Con un poco más de esto y un poco menos de aquello, sería una gran película. Pero no lo es. Lo del entretenimiento también tiene sus bajones y subidones: a ratos es muy movida y a ratos empiezas a pensar que estás viendo un truño, hasta que pasa algo que despierta tu interés, y así sucesivamente durante toda la peli.

No nos engañemos, las interpretaciones no son estelares, sino más bien sobrias, pero Ethan Hawke viene que ni pintado para esos papeles comedidos y sositos, así que la cosa no queda mal del todo. ¿Profundidad en los personajes? ¿Evolución? No la busquen. Aquí no hay de eso.

La historia va de lo siguiente: por lo visto hubo una epidemia, de la cual no se dan detalles (fallo garrafal de guión, todos queríamos saber lo que pasó: un flashback por favor!!) que hizo que la mayoría de personas se conviertieran en vampiros, dominando éstos el mundo y creando literalmente granjas de humanos para alimentarse de su sangre. Pero claro, a todo cerdo le llega su san martín, y los vampiros no iban a ser menos: también a ellos les llega su propio apocalipsis, básicamente porque llega un punto en que casi no les quedan humanos a los que exprimir y no han hallado un alimento que los sustituya (deberían contactar con los de True Blood).

Ethan Hawke es un vampiro hematólogo que trabaja contrarreloj para hallar ese sustituto de la sangre humana, porque, para colmo de desgracias, los vampiros que no se alimentan se convierten rápidamente en una especie de enormes y asquerosos murciélagos indigentes que acaban palmando. Es entonces cuando el doctor se encuentra con unos humanos y, evidentemente, las cosas toman otro rumbo.

No cabe duda de que en la película hay sangre: eso está conseguido. No es una película light, pero los vampiros corrientes son demasiado.... educados, sociabilizados, humanizados y faltos de instinto depredador como para resultar creíbles. Por otro lado, hay momentos realmente gores en que saltan vísceras. No sé, es una película un poco rara, de eso no cabe duda, y al menos no desborda azúcar como las lunas nuevas y los crepúsculos. Ésta desborda sangre, lo cual es mucho más apropiado.