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Voto de Gort:
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Terror. Intriga. Thriller
Marion Crane, una joven secretaria, tras cometer el robo de un dinero en su empresa, huye de la ciudad y, después de conducir durante horas, decide descansar en un pequeño y apartado motel de carretera regentado por un tímido joven, Norman Bates, que vive en la casa de al lado con su madre. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2008
24 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Para escapar de su celda, aprendió a hacerla pasar por otra cosa”. (Leyenda hunduri).
Al principio de los tiempos ni tan siquiera se mencionaba su nombre, ya que su imperio de destrucción era el mundo. Hombres de todas las tribus se reunieron tratando de encontrar un medio que acabara con el terror que asolaba toda la tierra bajo el sol. Fue entonces cuando uno de los hombres más ancianos de una de las tribus del sur propuso desterrar a Kaarantiiri al mundo de los sueños mediante una treta.
1. Algo que no por obvio no es siempre patente: el trabajo del cineasta es el menos evidente de entre el de todos los artistas. El lienzo nos llega directamente desde la mano del pintor, la novela, de la pluma del escritor; sin embargo, el cineasta se ve obligado a rodearse de colaboradores. ¿Cuál es entonces exactamente su cometido? La creación de la imagen. La creación de ésta no tiene nada que ver con la fotografía (de esto se encarga otro) sino con la concepción de todos aquellos elementos que la envuelven y la traspasan, dotándola de sentido (ninguna imagen es neutra) y por lo tanto constituyéndola. Es lugar común decir que el director de cine debe tomar un sinfín de decisiones, que todos los detalles requieren de su aprobación. Sin embargo, considero que en esta película Hitchcock sólo tomó una (que por supuesto determina al resto): filmar una pesadilla.
Al principio, Kaarantiiri creyó haber superado el reto que le planteó el hombre del sur. Los hombres seguían batallándole armados con sus arcos y flechas, y él siempre acababa devorando sus vísceras, con sus vientres como cuenco. Sin embargo, con el tiempo comenzó a observar un mayor coraje en éstos, y el rostro barbado de su última víctima se parecía demasiado al de aquel que dijo llamarse Ruhuni de la tribu de los hunduri, incluso su sangre sabía igual. Estos descubrimientos lo confundieron e hicieron aumentar su furia; los hombres, sin embargo, se disputaban ahora el privilegio de combatirle.
Habiendo superado la turbación y el horror nocturno que les produjo en un principio, en esos tiempos los hombres iban a dormir junto con su arco, confiando en poder curtirse en su lucha onírica contra el monstruo y en poder regresar a salvo junto a sus mujeres e hijos. Mientras, del otro lado del muro, Kaarantiiri, que era malvado pero también sagaz, descubrió que para poder escapar de su prisión debía hacerla pasar por otra cosa.
(Sigue abajo sin destripar nada que no sea 'vox populi').
Al principio de los tiempos ni tan siquiera se mencionaba su nombre, ya que su imperio de destrucción era el mundo. Hombres de todas las tribus se reunieron tratando de encontrar un medio que acabara con el terror que asolaba toda la tierra bajo el sol. Fue entonces cuando uno de los hombres más ancianos de una de las tribus del sur propuso desterrar a Kaarantiiri al mundo de los sueños mediante una treta.
1. Algo que no por obvio no es siempre patente: el trabajo del cineasta es el menos evidente de entre el de todos los artistas. El lienzo nos llega directamente desde la mano del pintor, la novela, de la pluma del escritor; sin embargo, el cineasta se ve obligado a rodearse de colaboradores. ¿Cuál es entonces exactamente su cometido? La creación de la imagen. La creación de ésta no tiene nada que ver con la fotografía (de esto se encarga otro) sino con la concepción de todos aquellos elementos que la envuelven y la traspasan, dotándola de sentido (ninguna imagen es neutra) y por lo tanto constituyéndola. Es lugar común decir que el director de cine debe tomar un sinfín de decisiones, que todos los detalles requieren de su aprobación. Sin embargo, considero que en esta película Hitchcock sólo tomó una (que por supuesto determina al resto): filmar una pesadilla.
Al principio, Kaarantiiri creyó haber superado el reto que le planteó el hombre del sur. Los hombres seguían batallándole armados con sus arcos y flechas, y él siempre acababa devorando sus vísceras, con sus vientres como cuenco. Sin embargo, con el tiempo comenzó a observar un mayor coraje en éstos, y el rostro barbado de su última víctima se parecía demasiado al de aquel que dijo llamarse Ruhuni de la tribu de los hunduri, incluso su sangre sabía igual. Estos descubrimientos lo confundieron e hicieron aumentar su furia; los hombres, sin embargo, se disputaban ahora el privilegio de combatirle.
Habiendo superado la turbación y el horror nocturno que les produjo en un principio, en esos tiempos los hombres iban a dormir junto con su arco, confiando en poder curtirse en su lucha onírica contra el monstruo y en poder regresar a salvo junto a sus mujeres e hijos. Mientras, del otro lado del muro, Kaarantiiri, que era malvado pero también sagaz, descubrió que para poder escapar de su prisión debía hacerla pasar por otra cosa.
(Sigue abajo sin destripar nada que no sea 'vox populi').
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
2. Ella yace tendida en el suelo del baño. Un primer plano de su ojo va abriéndose hasta englobar parte del cuarto. Entonces la cámara gira, centrándose en el periódico, en lo que éste esconde. Le sigue una escena sin diálogo de unos minutos, la descripción de un encubrimiento. Todo parece atado, pero se olvida algo, hasta que ve el periódico. Podemos oír entonces la risa burlona de Hitchcock, el espectador ha caído en la trampa. Los más aburridos, los periodistas, lo llaman McGuffin; otros prefieren considerarlo la esencia de toda pesadilla.
Existen muchas versiones de lo ocurrido, pero todas coinciden en un punto: un hombre al que nadie conocía dijo haber vencido a Kaarantiiri. La perplejidad inicial se fue diluyendo con las pruebas que fueron encontrando las generaciones de hombres tras cientos y cientos de lunas: unos aseguraron haber sido guiados por ese mismo héroe a un remoto mausoleo de oro y piedras preciosas en el que se exhibía la cabeza dentada de Kaarantiiri, otros relataban historias de las fiestas que se realizaban en conmemoración de la derrota de la bestia, y proponían trasladarlas al mundo de la vigilia. La vida de los hombres discurrió así ante la lenta confusión entre ambos mundos, sin nada que enturbiara sus días de paz. Hasta que llegó el día en que empezaron a morir mientras dormían.
Desde entonces, los más ancianos recuerdan esta historia y nos advierten: Kaarantiiri logró escapar de su prisión; vive a caballo de los dos mundos, agazapado tras las apariencias y aguardando a la oportunidad que le brinda el hombre confiado. Cuando uno de éstos se despierta sudoroso y sobresaltado, la respiración exaltada, los más viejos lo señalan para que aprendan los demás: “¡Kaarantiiri! Ha conseguido escapar a él, pero, ¿qué pasará cuando sufra la emboscada del monstruo en esta otra parte del mundo en la que estamos despiertos?”
3. ‘Psicosis’ es la historia de un hurto desafortunado: mientras la protagonista intentaba despistar a los monstruos de su conciencia olvidó prestar atención a los que viven fuera de ella
Existen muchas versiones de lo ocurrido, pero todas coinciden en un punto: un hombre al que nadie conocía dijo haber vencido a Kaarantiiri. La perplejidad inicial se fue diluyendo con las pruebas que fueron encontrando las generaciones de hombres tras cientos y cientos de lunas: unos aseguraron haber sido guiados por ese mismo héroe a un remoto mausoleo de oro y piedras preciosas en el que se exhibía la cabeza dentada de Kaarantiiri, otros relataban historias de las fiestas que se realizaban en conmemoración de la derrota de la bestia, y proponían trasladarlas al mundo de la vigilia. La vida de los hombres discurrió así ante la lenta confusión entre ambos mundos, sin nada que enturbiara sus días de paz. Hasta que llegó el día en que empezaron a morir mientras dormían.
Desde entonces, los más ancianos recuerdan esta historia y nos advierten: Kaarantiiri logró escapar de su prisión; vive a caballo de los dos mundos, agazapado tras las apariencias y aguardando a la oportunidad que le brinda el hombre confiado. Cuando uno de éstos se despierta sudoroso y sobresaltado, la respiración exaltada, los más viejos lo señalan para que aprendan los demás: “¡Kaarantiiri! Ha conseguido escapar a él, pero, ¿qué pasará cuando sufra la emboscada del monstruo en esta otra parte del mundo en la que estamos despiertos?”
3. ‘Psicosis’ es la historia de un hurto desafortunado: mientras la protagonista intentaba despistar a los monstruos de su conciencia olvidó prestar atención a los que viven fuera de ella