El ajedrez siempre ha contado con un cierto prestigio social, especialmente en buena parte de Europa, considerando a sus mejores jugadores como personas especialmente inteligentes.

Una película un tanto absurda basada en una persona, ajedrecista por demás, absorta, ausente de este mundo que disputa el campeonato del mundo y que comportándose sin malicia como un auténtico niño decide enamorarse.

Es una pena que John Turturro que es un excelente actor aceptara el protagonismo de este film que le da poquísimo juego a su papel pues tiene mucho de catatónico y poco de expresividad y de diálogos interesantes.