El binomio de artes martes marciales y drama resulta imposible, pero “Warrior” apasiona y desgarra a partes iguales. El tema de fondo recuerda mucho al de “Una historia verdadera” de David Lynch, con dos hermanos enfrentados buscando redención. La obra supone un infierno de 140 minutos donde lo iracundo y lo humano se mezclan dando paso a una historia de superación en toda regla, enganchando desde el primer momento a base de increíbles combates sin cuartel, conflictos morales y una familia rota. Es de esas “americanadas” repleta de clichés, que seguramente causará cierta división de opiniones, pero que si te dejas, tiene la capacidad de noquearte gracias a las intensas interpretaciones de los actores, su potente carga de adrenalina y el denso poso moral.

(casi) A la altura de Rocky.