Fuerza, bondad y miseria van de la mano en “Lazzaro feliz” (2018), película italiana dirigida por la también guionista Alice Rohrwacher. El papel protagonista está interpretado por el actor novel Adriano Tardiolo y supone este título también el debut cinematográfico del cantante Luca Chikovani. El reparto cuenta, entre otros, con Alba Rohrwacher, Nicoletta Braschi, Tommaso Ragno y nuestro Sergi López

Lazzaro, un joven campesino de particular bondad, vive en La Inviolata, una aldea que ha permanecido alejada del mundo y es controlada por la Marquesa Alfonsina de Luna. Allí, la vida de los campesinos no ha cambiado nunca, son explotados y, a su vez, abusan de la bondad de Lazzaro. Un verano, éste se hace amigo de Tancredi, el hijo de la Marquesa. Entre ellos surge una amistad tan admirable que hace viajar a Lazzaro a través del tiempo y lo conduce a conocer el mundo moderno.

Alegoría y simbolismo van de la mano en un cuento atemporal, y su protagonista nos lleva de la mano a través de un recorrido por tiempos tan distintos como similares. Ni siquiera se resiente la historia por su extensa duración. Una película mágica. Como la vida.