Producida y escrita por M. Night Shyamalan, dirigida por John Erick Dowdle (mas que digno su remake USA de "Rec") y protagonizado por un grupo de aceptables actores de reparto, estamos ante un entretenido y buen thriller de terror, que a lo logrado del clímax y creciente suspense deveniente de lo que vemos en el interior del ascensor, suma el también creciente interés de esa trama policial llevada por un detective cuya vida personal y luctuosos hechos de su pasado cada vez vemos adquieren más relevancia en el conjunto, y el acertado toque religioso que a la postre es el pilar en el que se apoya la función.

Cada cual es cada cual, y seis, media docena, pero lo que a mi realmente me ha gustado de esta película, es lo que me ha recordado durante todo su metraje al mejor Larry Cohen, tanto en guión y dirección, como en atmósfera y ambientación.