Un joven escritor de novelas se encuentra sin ideas y atascado en el guión de su próximo libro. Una noche una persona le cuenta un extraño caso real que termina con un fatal desenlace y él ve en esa historia un buen argumento para el libro. Hasta que se pone a investigar y la realidad superará con creces a la ficción…

Pablo Hernando vuela solo tras Esa sensación y filma una película peculiar, de ritmo pausado y con tantos matices como posibles interpretaciones de su final. Julián Génisson es la auténtica voz cantante de la cinta, interpretando al escritor con alma de atropellado detective, mitad Sherlock Holmes mitad Mortadelo y Filemón. Todo lo hace con calma, a ritmo de cigarro y patatas. Sin bemoles suficientes para plantearse ninguna relación afectiva, ni para llegar a la cima de cualquier montaña ni, sobre todo, para escribir el final correcto de su libro, aún a pesar de tenerlo delante de sus gafas de pasta y anchas patillas. Da la sensación que cualquier buen resultado de su investigación de campo hubiera sido producto de la casualidad y que si algo tenía que salir mal, seguro que saldrá peor. Pero acabas cogiendo cariño al personaje, aunque te entren ganas de pegarle un par de collejas más de una vez para que espabile y mire por encima de la pantalla de su portátil, incapaz ni aún teniendo a Ingrid García Jonsson como compañera de piso, la cual va de menos a más en la película y que, sorprendentemente, no tiene un hilo conductor en el final de la cinta ni giro de guión a su favor. Su personaje queda en el aire, o tal vez, en las estanterías del IKEA, esperando a que alguien pase por su lado y se piense que hacer con ella. Aunque para mí, el final de la película está claro y versa sobre responder a una pregunta…¿Será capaz nuestro intrépido escritor de escribir una segunda novela en donde narre como regresa a la misteriosa casa?. Ojalá algún día lo sepamos.

Lo mejor: Se mantiene la intriga en toda la cinta. El personaje de Hugo Vartán puede dar para muchas películas y llegar a ser un icono del cine español. El buen resultado que puede dar una idea sencilla que gira en torno a una simple fotografía y a unas aportaciones de correctos personajes secundarios. Su fino humor negro.

Lo peor: Se llega a hacer un pelín larga, posiblemente porque se quiere dar cabida a los múltiples finales posibles y que sea espectador el que decida. Que casi un año después de su primer pase en el Festival de Cine Europa de Sevilla siga sin conseguir su estreno en la gran pantalla. El aire de telefilm de poca monta que puede llegar a transmitir. Que le falte una potente banda sonara para que complete los silencios del protagonista.

Nota: 6 Sacapuntas.