Tiene todo lo que toda película de terror debería tener: la capacidad de perturbar, de acongojar, de mantener al espectador encogido de miedo en su butaca. Lo bueno de "The Descent" es que no solo juega con un tipo de miedo, sino con varios a la vez:

- El miedo a la oscuridad.

- El miedo a los espacios cerrados.

- El miedo a los laberintos (dicho de otra manera: el miedo a perderse).

- El miedo a quedar atrapado sin salida.

Si estos cuatro tipos de miedo te parecen poco, suma un quinto miedo: la presencia de unos engendros demoniacos con las pintas de primos lejanos de los orcos de "El Señor de los Anillos" y más mala leche que Massiel en una fiesta sin alcohol.

La historia tiene gancho y a lo largo de la película apenas tiene altibajos. Tiene atmósfera, tiene tensión, tiene sustos, tiene de todo... No es el peliculón del siglo, pero si se está ganando toda una reputación entre los gourmets del cine de terror será por algo.

PD: Lo único que no me gusta lo comento en el "spoiler".