Ensaladilla de superhéroes de los 80 en plena crisis, con falta de mayonesa para tragar algunos trozos. Supongo que aquellos que consideraron su novela gráfica como el mejor cómic de la historia tendrán algo más que decir, pero para los que no nos dedicamos a realizar informes periciales sobre dicha materia, se queda algo más que floja, rara e incluso aburrida. Salvo tres pinceladas de la película: los títulos de crédito al principio con Bob Dylan de fondo, el personaje de Roscharch (interpretado por Jackie Earle Haley, un anciano desconocido hasta ayer) y el tema en sí de la obra, una decadencia antihéroe que me mantuvo atento durante la primera hora. Después, un guión tortuoso nos da mil y una vueltas hasta levantarnos dolor de cabeza y desear una y otra vez que llegue ya el fin del mundo. Patético el personaje del Doctor Manhattan. Difícil de ver, sólo recomendable para auténticos fans o para aquellos que busquen un buen somnífero.