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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
8
Drama. Thriller República Democrática Alemana, año 1984. El capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe), un hombre solitario, es un competente oficial del servicio de inteligencia y espionaje de la Stasi, la todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la RDA. Sin embargo, cuando le encomiendan que espíe a la pareja formada por un prestigioso escritor (Sebastian Koch) y una popular actriz (Martina Gedenk), no puede ni siquiera imaginar hasta qué punto ... [+]
15 de mayo de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director alemán Florian Henckel-Donnersmarck, en su primer film, aborda el tema del regimen comunista en general y el de su aparato represor (la temida Stasi) en particular desde una perspectiva neutra, sin ánimo de revanchismo histórico. A través de una de las piezas del sistema, el capitán Gerd Wiesler (impresionante interpretación por parte de Ulrich Mühe), un fiel perro de presa de la Stasi, especialista en arrancar confesiones, que recibe el encargo de investigar a la pareja formada por el artista, Georg Dreyman (Sebastian Koch) y su compañera Martina Gedeck (Christina-Maria Sieland), en busca de alguna actividad sospechosa. Tarea que Wiesler acomete con la habitual frialdad y eficiencia con que ha realizado todos los encargos hasta la fecha.

Sin embargo, en este ejercicio de "vouyerismo" (que el director convierte en doble, ya que las primeras secuencias consisten en la observación de la rutinaria vida del oficial) en la que oculto en una habitación oscura penetra (y consecuentemente, viola) la intimidad de la pareja, Weisler irá cambiando. El témpano de sus convicciones se irá derritiendo a medida que se vaya adentrando más y más en la vida e intimidades de la pareja. Con una puesta en escena sobria en la que predominan los grises, reforzados por unos exteriores frios, grises y solitarios, acompañado de una mirada fria y distante que intenta ser neutra, el director nos ofrece un film en el que sin eludir temas conflictivos y polémicos de la reciente historia de su país. Pero lo hace de forma delicada, sin cargar las tintas.

Presentando a uno de los más temidos elementos del régimen comunista, como una persona, que ve, que siente, que escucha, y por lo tanto que reflexiona y tiene sus propias opiniones, al igual que las personas a las que escucha. Pese a que está clara la postura del director (en este sentido la presencia de ciertos superiores de Weisler, subrayan de forma sutil la mirada crítica del director que también acaba siendo la de Weisler), éste intenta mirarse a sus personajes a distancia, pero tampoco demasiada, ya que el principal atractivo del film es precisamente el tono intimista en que nos cuenta los hechos, de forma pausada, acompañado de una excelente banda sonora que sabe acompañar a esa mirada sobria y serena que pretende dar su realizador.

Otro gran mérito del film es evitar que la película derive hacia la denuncia política, centrando el foco en simples personas humanas y hablándonos de sus sentimientos más íntimos en los que las convicciones ideológicas no ocupan un papel destacado. Durante más de dos horas Florian Henckel-Donnersmarck, nos lleva de viaje a un pasado reciente, y sin ningún ánimo revanchista, nos muestra el lento proceso de toma de conciencia de una persona perteneciente a un régimen restrictivo, sirviéndose de él casi como una sutil metáfora del fin de un régimen represivo, y al que se intenta ofrecer un mensaje de superación, de curar ciertas heridas, por más que duelan.
manulynk
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