El jardín de la alegría es una pequeña joya, sin más. Qué película tan agradable, divertida y, además, cuidada en todos sus aspectos.
Nigel Cole nos cuenta una historia de segundas oportunidades, de amistad insólita entre personas de diferentes generaciones y realidades, de hacer cosas cuestionables e incluso ilegales pero comprensibles, y sobre todo de la unidad de un pueblo entero con su vecina... cannabis mediante, pero qué más da. Viva la diversión de este pueblo de Cornualles y sus fantásticos habitantes.
Uno de los mejores aspectos de la película es que, además de ser tan graciosa, entretenida y encantadora, no descuida en ningún momento a sus personajes; ni a los protagonistas, a quienes dan vida unos sensacionales Brenda Blethyn y Craig Ferguson (conocido después por tener su propio programa de entrevistas), ni los secundarios, que tienen un peso importante y jamás son meros ornamentos (ver la relación de Matthew con Nicky).
En definitiva, una excelente comedia con tintes dramáticos para disfrutar muchísimo. Y atención al epílogo. Desternillante es poco.

Lo mejor: Los actores, la descripción y desarrollo de los personajes y lo simpática que es.
Lo peor: Nada, en realidad.