El problema de El planeta de los simios, versión Tim Burton, no es que exista El planeta de los simios de Franklin J. Shaffner.
Por supuesto, la existencia de la película protagonizada por Charlton Heston pesa, y mucho. Pesa porque la comparación es muy cruel con la cinta de Burton, porque es un absoluto clásico del cine (especialmente por su impactante y recordado final) y porque es una obra maestra. También por un factor que no debería pasar desapercibido, que es que la gente ya no se sorprende por nada. En aquel 2001, y cuánto más en los días que vivimos ahora, estamos ya tan acostumbrados como espectadores a ver cosas increíbles en una pantalla de cine que esta historia sobre simios que dominan el mundo y esclavizan a los humanos ya no sorprende como lo hizo en 1968.
No obstante, hay que romper aunque sea una pequeña lanza en favor de esta versión. La película es entretenida, sin duda, y se deja ver bien. Los maquillajes que se han diseñado para los simios son extraordinarios, y además no impiden que los actores hagan su trabajo. Hay que destacar las imponentes presencias de Cary-Hiroyuki Tagawa y Michael Clarke Duncan, y por supuesto a Tim Roth y Helena Bonham Carter. Roth está sencillamente fabuloso como el terrible Thade, arrebatador y lleno de fuerza, mientras que la actriz británica (que empezaba aquí su larga relación sentimental y profesional con Burton que tan buenos momentos ha dado a los cinéfilos; esperemos que la separación personal no impida que puedan seguir colaborando en el futuro, porque sin duda Bonham Carter ha sido la mejor aliada femenina de Burton, algo parecido a Johnny Depp en el lado masculino, la que mejor ha entendido su mundo y ha encajado en él) realiza una conmovedora interpretación tras el maquillaje de Ari.
Sin embargo, hay problemas, muchos problemas. El primero es que Tim Burton ni está ni se le espera. Su clásico tono, el aspecto de sus filmes, ese toque tan suyo que ha hecho que millones de fans lo adoren, apenas aparece en el final de la película, cuando la acción se traslada a la misteriosa Calima. Es ahí cuando, por fin, Burton puede estar en su salsa y desplegar esa dirección artística tan suya. El segundo es que, efectivamente, los actores humanos no están muy bien escogidos. Estella Warren, aunque tampoco está tan desastrosa como se dijo en su día, pero no es actriz, o por lo menos no lo era en aquel momento. Mark Wahlberg tampoco era en 2001 el actor que ha sido después ni desde luego el que maravilló en Infiltrados. Y el tercero y más grave es que no existe implicación emocional entre los espectadores y los personajes, porque estos apenas están esbozados con dos trazos. Especialmente sangrante es la supuesta atracción sentimental entre Leo y Daena, y decimos "supuesta" porque apenas hay tiempo en pantalla para desarrollarla, y esto se puede aplicar a prácticamente todos los personajes. Además, hay una falta de emotividad manifiesta, excepto en la excelente escena entre Thade y su padre, a quien da vida un gran Charlton Heston.
El final, que confundió a mucha gente en su momento (pese a que es notablemente más fiel a la novela que la película de Shaffner), tampoco ayuda a que El planeta de los simios 2001 sea recordada como una gran película, pero conviene ser justos con ella. No es una obra maestra, deja bastante indiferente al público salvo por su aspecto visual y su maquillaje, pero tampoco es tan desastre como se dijo en su día.

Lo mejor: Los maquillajes de los simios, impresionantes, y la actuación de Tim Roth, Helena Bonham Carter y Charlton Heston.
Lo peor: Los personajes están desdibujados, el estilo de Burton ha desaparecido y el peso de la original es demasiado grande.