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Voto de Sibila de Delfos:
8
Comedia. Fantástico. Terror Dos parados (Mario Casas y Hugo Silva) cometen un atraco y huyen perseguidos por la policía (Pepón Nieto y Secun de la Rosa) y por la ex mujer de uno de ellos (Macarena Gómez). Así, se adentran en los bosques impenetrables de Navarra y caen en las garras de una horda de mujeres enloquecidas que se alimentan de carne humana. (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2014
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Las brujas de Zugarramurdi es puro Álex de la Iglesia.
De nuevo aparecen el humor negrísimo y las continuas bizarrías y cosas extrañas que se han cnvertido en marca de la casa del realizador bilbaíno, y como siempre el resultado es tan entretenido, tan negro y, en una palabra, tan brillante que no se puede sino rendirse ante él. Comienza además la película de la Iglesia con una excelente secuencia de robo que demuestra que sigue siendo un soberbio director de acción. La misma mano maestra aparece también en las escenas en que las brujas persiguen a sus víctimas, ya en el segundo tercio de cinta, dando como resultado unas secuencias muy bien encuadradas y rodadas con mimo. Pero ante todo, como decíamos antes, Las brujas de Zugarramurdi es un festival de humor negro y un puro y duro entretenimiento que cumple a la perfección con el propósito de divertir. Se pasa en un suspiro, la fotografía y la decoración son excelentes, y tiene momentos tan divertidos (atención al momento en que todas las brujas riñen a Eva por sus actos mientras practican un ritual) que engancha hasta el final.
Hay que rendirse también a los pies del gigantesco reparto que reúne el director de La Comunidad. Hugo Silva, Mario Casas y Jaime Ordóñez forman un extraordinario trío cómico en las pieles de tres personajes muy distintos de los que ellos están acostumbrados a interpretar y aportan una enorme frescura a la película. De Carmen Maura y Terele Pávez poco se puede decir a estas alturas, pero hay que aplaudir el valor y las ganas de reírse de sí mismas que han tenido para sumarse a la locura, sobre todo Pávez. Macarena Gómez es una auténtica robaescenas, divertida y aterradora, y hace desear que hubiera tenido más minutos en pantalla. Y Carlos Areces y Santiago Segura... sin comentarios.
¿Fallos? Pues aparte de que su consciente locura puede resultar indigesta para algunos, uno muy claro y evidente para todos excepto Álex de la Iglesia. Carolina Bang no tiene ni de lejos el talento necesario para interpretar un personaje como el que tiene aquí, tan importante para la trama. Bueno, para interpretar en general. Da pena verla recitar con tan poca vida, especialmente cuando salta sobre Hugo Silva y le da un ultimatum. Y el fallo más grave: el final es demasiado. A todos los niveles. Una de las mayores idas de olla y pasadas de rosca jamás vistas en cualquier película de cualquier nacionalidad. Excesiva, delirante y terrible. Que no tiene por donde lo coja un perro, vamos. Mejor olvidarse de él. En cuanto a los efectos especiales, sorprende su escasa calidad. Sinceramente, otras películas de de la Iglesia han contado con efectos mucho más trabajados y de mejor realización. En ningún momento resultan creíbles los vuelos y saltos de las brujas (así como tampoco el fuego del aquelarre), y así malamente puede dar miedo la cosa.
Es verdad que es una película ciertamente misógina (y no porque algunos personajes sean brujas, sino porque realmente hay una visión muy negativa de las mujeres como seres manipuladores y fríos), pero es tan entretenida y, sobre todo, tan comedia y tan bizarra que es imposible tomársela en serio. A disfrutarla... o sufrirla, según se quiera.

Lo mejor: El toque de la Iglesia y su estilo único, el entretenimiento puro que ofrece y la mayoría de actores y actrices (atención a Santiago Segura y Carlos Areces, descacharrantes).
Lo peor: Carolina Bang y el final.
Sibila de Delfos
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